viernes, 4 de diciembre de 2020

Curso de Psicología espiritual: El camino espiritual de la fragilidad (8)

 

RECOMENZAR,  PARA RENACER EN NAVIDAD


         El camino de la Fragilidad encuentra luz, sentido y descanso en Navidad. “Encontrareis un Niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre (Lc 2,12). ¿Puede haber mayor fragilidad que ésta? Y en ella,  resuena claramente el mensaje de la Navidad: Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres. Ella nos enseña a renunciar a la vida sin religión y a los deseos del mundo, para que vivamos en el tiempo presente con moderación, justicia y religiosidad, aguardando nuestra bienaventurada esperanza: la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y salvador Jesucristo. (Tit 2,11-13). La Navidad es la Encarnación de Dios en nuestra humanidad frágil, que nos permite empezar a vivir, a creer, a amar y a luchar de nuevo.

 

1.     En Navidad, somos regenerados: Volvemos a empezar en la fragilidad de un Niño.

        Para ser regenerado se requiere un Padre. Recomenzar, no se hace. Se recibe. Dejarnos trabajar por Dios, estar con Él y dejarlo operar. La vida es una serie interminable de inicios. Volver a empezar parece difícil. Tras un fracaso o una dura prueba, se puede llegar a pensar que recomenzar es ya imposible. Pero recomenzar es posible siempre. Un arte que exige humildad y unos pies que caminen en la realidad.  Un recorrido existencial y espiritual de regeneración y discernimiento, siguiendo los seis días del relato de la creación, conjugando así la Palabra de Dios con nuestra propia vida, que a menudo necesita una nueva creación que reconstruya la propia existencia.

 

2.      En Navidad,  Dios renace en lo pequeño. Ha aparecido nuestro Dios y Salvador Jesucristo.

         Cada vez que nuestra historia conozca el infierno, aquel momento será también el único en que podremos hacer experiencia de Dios, porque su gracia, habiéndonos precedido, estará ya allí esperando abrazarnos.  Dios quiere que todos los hombres se salven, porque están extraviados: el infierno es el único lugar de posible salvación. El infierno es el lugar habitual que todos experimentamos cuando pecamos, cuando nos enfrentamos con nuestros límites, en una situación  difícil donde no nos entendemos.

 

3.      En Navidad,  volvemos a escuchar a Dios,  Encarnado en la fragilidad de un Niño

         Todos los límites que nos vengan a la mente, físicos, interiores, históricos, materiales, afectivos, puedo mirarlos en Jesús. Y contemplar su aspecto. Y decirle: Amén. Este soy yo, estas son mis fragilidades. En esto me parezco a ti, mucho más que en mis cualidades de pacotillas. En mis pobrezas estoy cerca de ti. Así contemplaba Fr. Luis de Granada el pesebre. 

         ¿Cómo se mudó el cielo en el pesebre? ¿Creo cierto todo lo criado acostado en un pesebre de bestias? El Señor, dice el Profeta (Salm. 10,5) está en su santo templo, el Señor tiene en el cielo su silla. Pues, ¿cómo se trocó el templo por el establo?

Aquí aprenderás humildad de corazón, aquí menosprecio del mundo, aquí aspereza de cuerpo y aquí aquella desnudez y pobreza de espíritu tan celebrada en el Evangelio. Sabía muy bien este médico y maestro del cielo cuánta paz e inocencia mora en la casa del pobre de espíritu y cuántas guerras y desasosiegos y cuidados trae consigo el desordenado amor de las riquezas, y por esto luego, desde la cuna del pesebre, como de una cátedra celestial, la primera lección que leyó y la primera voz que dio fue condenando la codicia, raíz de todos los males, y engrandeciendo la pobreza ,y la humildad, fuente de todos los bienes.

         Esto nos predica aquel pesebre, aquellos pañales, aquella pobre casa, y aquel establo. ¡Oh dichosa casa! ¡Oh establo más glorioso que todos los palacios de reyes, donde Dios asentó la cátedra de la filosofía del cielo, donde la palabra de Dios, enmudecida, tanto más claramente habla cuanto más calladamente nos avisa! Mira, pues, hermano, si quieres ser verdadero filósofo, no te apartes de este establo, donde la palabra de Dios, callando, llora; mas este lloro es más dulce que toda la elocuencia de Tulio y aún que la música de todos los ángeles del cielo.                  

 

¿QUIERES TU RECIBIR EL INJERTO DE DIOS EN LA FRAGILIDAD DE TU CARNE?

 

Si es así, ¿Estás dispuesto a  recomenzar en Navidad?

 

1. ¿Permitir que en Navidad, la parte espiritual de tu ser, te ayude a renacer para empezar de nuevo? ¡Ábrete a la presencia de Dios en ti, desde tu fragilidad, por medio  del silencio y la pacificación!

 2. ¿Reconocer y aprovechar tus recursos y riquezas internos mediante la oración humilde? ¿Qué regalos has recibido de Dios este tiempo, con los que hacer felices a los demás? Recuérdalos...

 3. ¿A seguir las luces que te ha ofrecido el Espíritu en este curso sobre la  fragilidad, desde  el silencio, la oración y el análisis espiritual? ¿Qué deseos tienes hoy?

 4. ¿A pedir la fuerza necesaria para aceptar los desafíos que se te presentan y probar nuevas formas de vivir? ¿Qué oportunidades se te presentan para el futuro inmediato?

 5. ¿Aprender a disfrutar de la soledad positiva y reconocer en ella la Historia de la obra de Dios en ti? ¿Qué acontecimientos destacarías de tu vida en estos momentos, en los que Dios te ha visitado? Señálalos.

 6. ¿Perdonarte a ti mismo  por los errores y frustraciones, y a los demás por cuanto te han hecho sufrir? ¿Cómo llevas a cabo este perdón en tu vida?

 7. ¿Transmitir a los demás la paz que hay en ti, el amor que Dios te ha dado, y la aceptación de tu misterio  como vida en confianza? ¿A quién te lleva  concretamente esto? ¿En quién piensas? ¿Con quién puedes contar?

 8. ¿Hacer frente a las pérdidas, a las pruebas, con valor y serenidad hasta aprender de ellas y encontrar al Dios  vivo y verdadero? ¿Qué pérdidas te hablan de Dios? ¿Qué pruebas te llevan a Él?

 9. ¿Creer que todo en la vida tiene un significado y un propósito, y se puede convertir en palabra de Dios? ¿Qué te dice Dios hoy del hecho de estar aquí abordando este trabajo?

 10. ¿Admitir que siempre estás en el proceso de aprender y de crecer, de conocerte y aceptarte como Dios te ha hecho, te conoce y te acepta? El camino espiritual nos lleva a cultivar nuestra capacidad para empezar de nuevo  y adquirir experiencias positivas y constructivas para entregar nuestro ego, que nunca van a ser completas sin la experiencia de una fe amorosa, de la que se benefician los demás.

 

ORACION

Señor, que en Navidad  perciba la fragilidad de Dios en nosotros. Y que en medio del frio, sea un tiempo de calor en el corazón y en los hogares y de ternura desbordada en lo pequeño.

Señor, que en medio del sufrimiento de las tensiones humanas, en medio de lloros, despojos y vida desvalida, la Navidad sea un tiempo de paz y alegría, de murallas abiertas y estrellas luminosas,

Señor, que Navidad sea el desquite de Dios,  nuestro tiempo, el tiempo de todos, sin excluidos, pues todos somos hijos de Dios, regenerados y recién nacidos.

                                                                                             

Fr. José Antonio Segovia. O.P.

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