viernes, 5 de enero de 2018

La mesa de la Palabra: Carta a los Magos



Carta a los Magos

Una carta a los Reyes Magos, en el lenguaje adulto, es una relación de demandas entre utópicas e inconvenientes, algo así como un brindis al sol al que nos tienen acostumbrados no pocos de nuestros políticos. En su contexto, es una solemne forma de perder el tiempo, cuando no de burla a la ciudadanía. En cambio, una carta a los Reyes Magos en la temblona letra de un niño o en la relación no escrita que desfila por la cabeza de nuestros pequeños, es una declaración de fantasía, una apuesta por la fascinación que hace posible todo lo bello en los ojos absortos de tantos niños que se dejan tentar por el prodigio.

Los adultos que no terminamos de limpiar los restos aniñados del corazón pedimos a los Magos colores del arco iris, copos de nieve, lluvia de agua fresca y filigranas de fuego... que el corrector del lenguaje traduce por alegría a tiempo y a destiempo, flores siempre vivas de la esperanza y una fe que venza siempre el miedo. Los Reyes nos atienden siempre si pedimos corazón grande donde quepa el mundo entero.

El regalo que quiero, desde este rincón de la Palabra, es un lenguaje de ternura y una sonrisa de evangelio para que ningún caminante por este mundo olvide que la vida, si sentido quiere tener, hay que vivirla como regalo y bendición, y como tal hay que agradecerlo, cantarlo pasarlo al que al lado tengamos. Que la vida se deja hacer geografía del Padre de misericordia que sabe abrazarnos mejor que nadie.
   


Fr. Jesús Duque OP.