Señor,
tú mandaste que san Bernabé,
varón lleno de fe y de Espíritu Santo,
fuera designado para llevar a las naciones tu mensaje de salvación;
concédenos, te rogamos,
que el Evangelio de Cristo, que él anunció con tanta firmeza,
sea siempre proclamado en la Iglesia
con fidelidad, de palabra y de obra.
Por nuestro Señor Jesucristo.
"En el modo de hablar conviene mirar que no hablemos con demasiada blandura, ni con demasiada desenvoltura, ni apresuradamente, ni curiosa y pulidamente, sino con gravedad, con reposo, con mansedumbre, con llaneza y simplicidad".
(Fray Luis de Granada)