Acéptame, Señor;
cógeme este rato;
y que se lleve el olvido
los días huérfanos que pasé sin ti.
Tiende este momentillo mío,
descansadamente,
en tu falda y tenlo bajo tu luz.
He vagado
persiguiendo voces que me atraían,
pero que no llevaron a ninguna parte.
¡Déjame ahora
que me siente tranquilo
a escuchar tus palabras
en el corazón de mi silencio!
¡No apartes tu cara
de los oscuros secretos de mi alma,
sino enciéndelos
hasta consumirlos en tu fuego!
Tagore
¡es una poesía preciosa!
ResponderEliminarmil gracias por compartirla.