martes, 29 de septiembre de 2009

Fr. Luis de Granada, op (II)


Escritor y traductor


Fray Luis es un prolífico escritor, e incluso traductor, cuyo valor ascético y espiritual no opaca su calidad literaria, sino todo lo contrario. De él dice Azorín: "Su sensibilidad va directa de los nervios a las cuartillas. Por eso no hay en nuestra literatura estilo más vivo, más espontáneo, más varío y más moderno. Fray Luis es de ahora como de hace cuatro siglos". Luego de encumbrarlo, con justicia, como un auténtico clásico, el autor y crítico alicantino no encuentra mejor manera de expresar su admiración sobre el tratado de la oración que afirmar: "Si tuviéramos que definir el Libro de la oración y meditación diríamos que es un libro shakespeariano". Para Azorín, en un realismo conmovedor se entremezcla la mayor "terribilidad" y "sutileza angélica" que ha conocido la lengua castellana. "¿Habrá en otra lengua -en España, no- tal cantidad de emoción en tan pocas páginas?" se pregunta finalmente.

Junto a su traducción romanzada del Contemptus mundi, hoy mejor conocido como la Imitación de Cristo, de Tomás de Kempis, en 1536, al que consideraba portador de "la ciencia de la salvación que nos induce a vivir y morir como verdaderos cristianos", traduce también y anota, en 1562, el libro llamado Escala espiritual, de San Juan Clímaco. Entre su rica producción está su Manual de diversas oraciones y espirituales ejercicios y su Suma cayetana, obra de casos de conciencia, ambas de 1557; la antología Compendio de vida cristiana, impreso en 1559; el Tratado de la oración, también en 1559, atribuido a San Pedro de Alcántara, quien en realidad habría compendiado el Libro de la oración y meditación del Granadino, cuya edición fue revisada y enmendada por fray Luis a pedido del editor Juan Blavio, quien sin embargo la publicó a nombre del santo franciscano, aumentando la confusión; en 1565 publica los dos volúmenes del Memorial de la vida cristiana, en el que expone el camino para responder a la llamada a la santidad; en 1566 reedita -con correcciones y algunas supresiones- el Libro de la oración y meditación, que queda fundamentalmente igual, y al año siguiente hace los propio con la Guía de pecadores, pero esta vez sí totalmente rehecha. Así siguen sus trabajos, en los que pasando, entre otros, por la Introducción al Símbolo de la Fe, en 1583, llegamos hasta el Sermón en el que se da aviso que en las caídas públicas..., que vio la luz el mismo año de su tránsito. Póstumamente fueron editadas algunas obras que fray Luis no alcanzó a publicar en vida. El autor granadino es también responsable de un rico epistolario.

Las reediciones de sus obras se cuentan por millares, particularmente de las más conocidas, situando al fraile granadino como uno de los más influyentes maestros de oración y de vida cristiana de todos los tiempos. Ya en su tiempo San Francisco de Sales (1567-1622) le escribía a un neo obispo: "Os aliento a que tengáis a mano las obras completas de Fray Luis de Granada y a usarlas como un segundo breviario".


Un español en Portugal

En 1557, el de Granada fue elegido Provincial de Portugal. Al finalizar su período se entregó aún más que hasta entonces a la vida de austeridad y de oración. En 1562 fue reconocido como Maestro de Sagrada Teología de la Orden de Santo Domingo, por su labor en la ‘cátedra’ de los libros, y ratificado como tal, en explicitación de su ortodoxia, en el Capítulo General de Bolonia, en 1564.


Considerado casi como un santo, murió el 31 de diciembre de 1588, después de algunos años de duros y crueles sufrimientos. Al ser enterrado, una multitud ávida de conservar alguna reliquia se lanzó sobre el cadáver despojándolo de prendas, cabellos y de lo que quedaba de dentadura. No eran pocos los que creían en su pronta canonización, sin embargo el proceso parece haber sido obstaculizado por la excesiva severidad al juzgar un incidente menor, el error cometido por fray Luis a los 84 años de edad y casi ciego, al discernir favorablemente el espíritu de una monja falaz que fingía llagas. Antes de morir escribió el bello sermón: “En las caídas públicas”, sobre las cautelas con que se deben tratar a los visionarios y sobre el pecado de escándalo. Fray Luis "quien no usa ni sabe engañar", fue engañado por otros al final mismo de una prístina vida. La ejemplaridad de su enseñanza y su conducta encuentran en el sermón “En las caídas públicas” valiosa ocasión de ofrecer una reparación al involuntario error cometido.

El maestro Fray Luis de Granada (1504-1588) por Luis Fernando Figari  http://www.oracioncatolica.info/frayluisdegranada

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