domingo, 7 de diciembre de 2025

Adviento 2025: Hacia la Luz de la Esperanza, en comunidad. (9)

 


Conversión

    La conversión es uno de las grandes llamadas del Adviento, especialmente en la predicación de Juan Bautista: “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”. La conversión no es moralismo rígido, sino apertura del corazón al Dios que viene. Es permitir que Dios transforme nuestra vida desde dentro. Supone un cambio continuo de mentalidad, afectos y acciones. El Evangelio llama a revisar actitudes, sanar heridas y renunciar a egoísmos. La conversión abre espacio para la alegría profunda que Cristo ofrece.

    En el Jubileo de la Esperanza, esta llamada adquiere un tono pastoral: convertirnos es recuperar la confianza, soltar lo que nos encierra y permitir que la gracia regenere lo cansado.

    Por su parte, la Exhortación Apostólica "Dilexi te" recuerda que Cristo nos amó primero; por eso, la conversión cristiana no nace del miedo, sino de la respuesta agradecida a ese amor previo. Convertirse es dejarse amar.

    En tiempos marcados por tensiones, polarización y heridas sociales, el Adviento invita a una conversión que sane nuestras relaciones: menos juicio, más escucha; menos dureza, más misericordia. Implica decisiones concretas: reconciliarnos con alguien, cambiar hábitos que dañan, reenfocar prioridades, volver a la oración. No es una acción puntual, sino un camino continuo.

    En un mundo complejo y a menudo cínico, la conversión nos recuerda que la verdadera esperanza requiere humildad para ver la obra de Dios y la voluntad de transformar nuestras vidas para reflejar Su amor.


Oración

Señor, prepáranos el camino. 
Inspira en nosotros una conversión profunda,
para acoger tu presencia redentora.

Despierta nuestra conciencia,
muéstranos todo lo que necesita ser cambiado, sanado y purificado.
Derriba en nosotros los montes del orgullo,
rellena los valles de la indiferencia,
endereza los senderos torcidos de nuestras decisiones
y suaviza las asperezas de nuestro egoísmo.

Como Juan, haznos testigos de la luz,
preparadores de tu venida,
voz que anuncia esperanza
y vida nueva para todos.



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