domingo, 30 de abril de 2023
PASCUA 2023 (21)
sábado, 29 de abril de 2023
PASCUA 2023 (20)
viernes, 28 de abril de 2023
PASCUA 2023 (19)
jueves, 27 de abril de 2023
PASCUA 2023 (18)
miércoles, 26 de abril de 2023
PASCUA 2023 (17)
martes, 25 de abril de 2023
PASCUA 2023 (16)
lunes, 24 de abril de 2023
PASCUA 2023 (15)
domingo, 23 de abril de 2023
PASCUA 2023 (14)
Palabras para celebrar juntos la Pascua de Resurrección
-LIBERACION-
Sor Inmaculada de la Cruz
Córdoba
sábado, 22 de abril de 2023
PASCUA 2023 (13)
viernes, 21 de abril de 2023
PASCUA 2023 (12)
Palabras para celebrar juntos la Pascua de Resurrección
-SIGNOS-
Con el Papa Francisco, podemos entender ¿qué es un "signo" según el Evangelio?
Un signo es un indicio que revela el amor de Dios, que no reclama atención sobre la potencia del gesto, sino sobre el amor que lo ha provocado. Nos enseña algo del amor de Dios, que es siempre cercano, tierno y compasivo. El primer signo que vemos en el Evangelio sucede mientras dos esposos están en dificultad en el día más importante de sus vidas. En mitad de la fiesta falta un elemento esencial, el vino, y se corre el riesgo de que la alegría se apague entre las críticas y la insatisfacción de los invitados. La Virgen se da cuenta del problema y lo señala con discreción a Jesús. Y Él interviene sin clamor, casi sin que se note. Todo se desarrolla reservadamente, "detrás del telón": Jesús dice a los servidores que llenen las ánforas de agua, que se convierte en vino.
Y otro ejemplo de signo es el que hoy leemos en el Evangelio. Los cinco panes de cebada y dos peces que tenía un muchacho van a servir, por la acción intercesora de Jesús, para dar de comer a una muchedumbre que lo seguía ("sólo los hombres eran unos cinco mil").
Así actúa Dios, con cercanía, con discreción. Y ven también el "modo" de actuar de Jesús, su servir sin ser visto -así es Jesús: nos ayuda, nos sirve de un modo reservado, escondido. Así van conociendo los discípulos el germen de la fe, esto es, creen que en Jesús está presente Dios, el amor de Dios.
Es bello pensar que con sus signos Jesús sale al encuentro de unas necesidades simples y concretas de la gente común, gestos domésticos, discretos, silenciosos. Él está dispuesto para ayudarnos, para levantarnos. Y entonces, si estamos atentos a estos "signos", su amor nos conquista y nos hacemos discípulos suyos.
Jesús realiza un número muy importante de signos. A través de ellos, Dios quiere lo mejor para nosotros, nos quiere felices. No se pone límites y no nos pide intereses.
El mismo Francisco, sugería un ejercicio que hoy también podemos llevar a cabo nosotros, porque puede hacernos mucho bien. Decía: probemos hoy a buscar entre nuestros recuerdos los "signos" que el Señor ha realizado en nuestra vida. Que cada uno diga: en mi vida, ¿qué signos ha realizado el Señor?¿Qué indicios veo de su presencia? Son signos que ha llevado a cabo para mostranos que nos ama; pensemos en ese momento difíciel en el que Dios me hizo experimentar su amor... Y preguntémonos: ¿con qué signos, discretos y premurosos, me ha hecho sentir su ternura? ¿Cuándo he sentido cercano al Señor, cuándo he sentido su ternura, su compasión? Cada uno de nosotros ha vivido estos momentos en su historia. Vayamos a buscar esos signos, hagamos memoria. ¿Cómo he descubierto su cercanía? ¿Cómo me ha quedado en el corazón una gran alegría?.
Revivamos los momentos en los que hemos experimentado su presencia y la intercesión de María. Que ella, la Madre, nos ayude a atesorar los signos de Dios en nuestra vida.
Francisco
Angelus, 16 enero 2022
jueves, 20 de abril de 2023
PASCUA 2023 (11)
Palabras para celebrar juntos la Pascua de Resurrección
-CREER-
En el evangelio de este jueves leemos: "El que cree en el Hijo posee la vida eterna".
Hace unos días, en el Taller de orantes que tenemos los segundos martes de cada mes, en Santo Domingo de Scala Coeli, fr. Félix Hernández, OP, nos estuvo hablando de la fe.
Allí escuchábamos que la fe no es sólo una creencia, sino un compromiso existencial. Como creencia es la aceptación de una serie de verdades que me vienen de una autoridad y que no están al alcance de la razón.
Pero la fe no puede quedarse solo en eso. Podemos y debemos entenderla como un encuentro personal que abarca todo mi ser, mi voluntd, mi inteligencia y mis sentimientos. La fe es el medio por el que yo tengo acceso a la intimidad más profunda del otro, a su autenticidad. Es una respuesta a una oferta de amor y, a la vez, la posibilidad de participar en la vida de este otro, del amado.
Así entendida, la fe entra en el ámbito de lo personal, de lo vivificador, de lo que nos transforma. Es una forma profunda de conocimiento. Es un compromiso con el Dios vivo que nos sale al encuentro, que nos/me hace una oferta de amor, y nuestra/mi respuesta nos/me hace indentificarme con Él y transforma nuestra/mi vida.
Pero la fe no supone aceptar tal cual algo, alguna cosa o algún ser. Sólo se puede aceptar lo que es creíble y digno de crédito. Hay que hacer un juicio de valor, un juicio crítico. Como nos dice san Pablo: "estar siempre dispuestos a dar razones de nuestra fe". No hay que tener miedo a preguntarse por la figura de Jesús o el mensaje del Evangelio. La fe en Jesús tiene sus razones y estas son creíbles. La fe cristiana es una experiencia y una vida, es participar de la vida de Dios que se nos da, es un encuentro permanente y transformador. Conocer a Cristo Jesús, a través de su Palabra, y seguirlo supone un cambio en nuestra/mi vida.
Antonio-Jesús Rodríguez
Córdoba.
miércoles, 19 de abril de 2023
PASCUA 2023 (10)
Palabras para celebrar juntos la Pascua de Resurrrección
-LUZ-
Hay personas -incluso nosotros, muchas veces- que no pueden vivir en la luz porque están acostumbrados a la oscuridad. La luz los deslumbra, no pueden ver. Son murciélagos humanos: sólo saben moverse en la noche. Y nosotros también , cuando estamos en pecado, estamos en este estado: no toleramos la luz. Es más cómodo para nosotros vivir en la oscuridad; la luz nos abofetea, nos hace ver lo que no queremos ver. Pero lo peor es que los ojos, los ojos del alma de tanto vivir en la oscuridad se acostumbran tanto a ella que terminan ignorando lo que es la luz. Perder el sentido de la luz porque me acostumbro más a la oscuridad. Y tantos escándalos humanos, tantas corrupciones nos señalan esto. Los corruptos no saben lo que es la luz, no lo saben, Nosotros también, cuando estamos en un estado de pecado, en un estado de alejamiento del Señor, nos volvemos ciegos y nos sentimos mejor en la oscuridad y vamos así, sin ver, como los ciegos, moviéndonos como podemos.
Dejemos que el amor de Dios, que envió a Jesús para salvarnos, entre en nosotros y "la luz que trae Jesús" (cf. v. 19), la luz del Espíritu entre en nosotros y nos ayude a ver las cosas con la luz de Dios, con la verdadera luz y no con la oscuridad que nos da el señor de las tinieblas.
Francisco.
Homilía 22 Abril 2020.
martes, 18 de abril de 2023
PASCUA 2023 (9)
Palabras para celebrar juntos la Pascua de Resurrección
-ESPÍRITU-
¿Quién o qué es el Espíritu Santo? ¿Cómo podemos reconocerlo? ¿Cómo vamos nosotros a él y él viene a nosotros? ¿Que es lo hace?
Una primera respuesta nos la da el gran himno pentecostal de la Iglesia: "Veni, Creator Spiritus...", "Ven, Espíritu Creador...". Este himno alude aquí a los primeros versículos de la Biblia, que presentan, mediante imágenes, la creación del universo. Allí se dice, ante todo, que por encima del caos, por encima de las aguas del abismo, aleteaba el Espíritu de Dios. El mundo en que vivimos es obra del Espíritu Creador.
El mundo no existe por sí mismo; proviene del Espíritu Creador de Dios, de la Palabra Creadora de Dios.
El Espíritu Santo es el Espíritu de Jesucristo, el Espíritu que une al Padre y al Hijo en el Amor que en el único Dios da y acoge. Él nos une de tal manera, que san Pablo pudo decir en cierta ocasión: "Todos vosotros sois uno en Cristo Jesús" (Gal.3,28). El Espíritu Santo, con su soplo, nos impulsa hacia Cristo. El Espíritu Santo actúa corporalmente, no sólo obra subjetivamente, "espiritualmente". A los discípulos que lo consideraban sólo un "espíritu", Cristo resucitado les dijo: "Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu -un fantasma- no tiene carne y huesos como veis que yo tengo (Lc. 24, 39). Esto vale para Cristo resucitado en cualquier época de la historia.
Cristo resucitado no es un fantasma; no es sólo un espíritu, no es sólo un pensamiento, no es sólo una idea. Sigue siendo el Encarnado. Resucitó el que asumió nuestra carne, y sigue siempre edificando su Cuerpo, haciendo de nosotros su Cuerpo. El Espíritu sopla donde quiere, y su voluntad es la unidad hecha cuerpo, la unidad que encuentra el mundo y lo transforma.
Participad en la edificación del único cuerpo. Los pastores estarán atentos a no apagar el Espíritu (1Ts 5, 19) y vosotros aportaréis vuestros dones a la comunidad entera. Una vez mas: el Espíritu Santo sopla donde quiere, pero su voluntad es la unidad. Él nos conduce a Cristo, a su Cuerpo.
Benedicto XVI
Homilía 3 Junio 2006
lunes, 17 de abril de 2023
PASCUA 2023 (8)
Palabras para celebrar juntos la Pascua de Resurrección
domingo, 16 de abril de 2023
PASCUA 2023 (7)
Palabras para celebrar juntos la Pascua de Resurrección
sábado, 15 de abril de 2023
PASCUA 2023 (6)
Palabras
para celebrar juntos la Pascua de Resurrección
-JÚBILO-
El júbilo del Domingo de Pascua todavía se prolonga. Es la octava de Pascua. De domingo a domingo vivimos como un largo domingo, con el propósito de reiterar el misterio de la resurrección de Jesucristo. La fiesta se prolonga hasta el Domingo de la Divina Providencia.
Cada día de la octava de Pascua tiene un tono especial que nos recuerda el fundamento de nuestra vida cristiana: la resurrección de Jesucristo. Permite a cada uno de nosotros impregnarnos de la alegría de la Pascua, cada día recordamos que Cristo ha resucitado.
La liturgia nos lo recuerda también, las oraciones y los cantos se repiten, las Iglesias tocan sus campanas, se mantiene viva la alegría pascual; por eso, también, se entona el "aleluya" antes del Evangelio, y los ornamentos son blancos.
La Iglesia nos invita a perseverar en la fidelidad a nuestro bautismo viviendo como resucitados, las oraciones de la semana nos lo recuerdan.
Estos ocho días son una oportunidad para que nos sumerjamos en la alegría de la resurrección de Cristo, meditando cada día este acontecimiento que marca nuestra vida cristiana. Es la alegría de la salvación, una alegría profunda y verdadera que se reciba directamente a Jesucristo.
¡El Señor ha resucitado!
¡Jesús vive entre nosotros!
Aleluya, Aleluya.
Oración
"Oh Dios, que con la abundancia de tu gracia no cesas de aumentar el número de tus hijos, mira con amor a los que has elegido como miembros de tu Iglesia, para que, quienes han nacido por el bautismo, obtengan también la resurrección gloriosa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén."
Paqui Román Ramos.
Córdoba.
viernes, 14 de abril de 2023
PASCUA 2023 (5)
Palabras
para celebrar juntos la Pascua de Resurrección
-AMANECER-
La noche, tristeza, fracaso y decepción. Tanto, que incluso, tampoco hay pesca, "aquella noche no cogieron nada".
Llega el amanecer. Como norma, cuando llegan las primeras luces del día, es el momento de finalizar las tareas de pesca en el mar. Y, de nuevo, Jesús, vuelve a romper los clásicos cánones de conducta.
El amanecer vuelve a aparecer en los relatos de la resurrección de Cristo. Primero cuando María Magdalena va al sepulcro y lo encuentra vacío. Y, ahora, Jesús les indica a los apóstoles que lo intenten donde Él les dice, a pesar de que ya no sea el momento "normal" para la pesca.
Jesús es nuestro amanecer, el comienzo de la existencia plena, de la abundancia de bienes, siempre y cuando -como hicieron los apóstoles- sigamos sus indicaciones por muy raras, extrañas e, incluso, fuera del tiempo normal que creamos. Si ponemos nuestra confianza en Él, cumplimos sus designios y obedecemos su voluntad, nuestra vida llegará a tener total sentido y, además, producirá unos frutos que nosotros por sí mismos nunca habríamos conseguido e, incluso, ni imaginado.
Antonio-Jesús Rodríguez
Córdoba