viernes, 4 de octubre de 2024

Novena a la Virgen del Rosario (6): El silencio de María

 

Virgen del Rosario. Monasterio Ntra. Sra. de la Piedad. MM. Dominicas Torredonjimeno (Jaén)


El silencio de María


    La grandeza de María no consiste en realizar algún hecho extraordinario, sino que, mientras los pastores se apresuran a Belén tras haber recibido el anuncio de los ángeles, ella permanece en silencio. El silencio de la Madre es un rasgo hermoso. No es una simple ausencia de palabras, sino un silencio lleno de asombro y de adoración por las maravillas que Dios realiza.

    San Lucas observa que “María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón” (2,19). De este modo, hace un lugar en su interior para Aquel que ha nacido; en silencio y adoración pone a Jesús en el centro y da testimonio de Él como Salvador.

    María, la Madre del silencio; María, la Madre de la adoración. Así, es Madre no sólo porque llevó a Jesús en su seno y lo dio a luz, sino porque lo da a luz, sin ocupar su lugar. Ella permanecerá en silencio incluso bajo la cruz, en la hora más oscura, y seguirá haciéndole un lugar y engendrándolo para nosotros.

    Un religioso y poeta del siglo XX escribió: “Virgen, catedral del silencio / … tú llevas nuestra carne al paraíso / y a Dios en la carne “ (D.M. Turoldo, Laudario alla Vergine, Bolonia 1985). “Catedral del silencio” es una bella imagen. Con su silencio y humildad, María es la primera “catedral” de Dios, el lugar donde Él y el hombre pueden encontrarse.

    Miremos a María y, con corazón agradecido, pensemos y miremos también a las madres, para aprender ese amor que se cultiva sobre todo en el silencio, que sabe dar espacio a los demás, respetando su dignidad, dejándolos libres para expresarse, rechazando toda forma de posesión, opresión y violencia.

    Hoy tenemos tanta necesidad de esto, ¡tanta! ¡Tanta necesidad de silencio para escucharnos!.

Francisco: Alocución rezo del Angelus (1 de enero 2024)


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Santísima Virgen del Rosario:


Silencio de Nazaret,

enséñanos el recogimiento, la interioridad,

la aptitud de prestar oídos

a las buenas inspiraciones y palabras

de los verdaderos maestros;

enséñanos la necesidad y el valor de la preparación,

del estudio, de la meditación, de la vida personal e interior,

de la oración que Dios sólo ve secretamente.


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REZO DEL ROSARIO: Misterios Dolorosos


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Lectura recomendada:

"EL SILENCIO DE MARIA" de Ignacio Larrañaga Orbegozo

Editorial San Pablo

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