
Han pasado más de 2000 años después
de la resurrección y todavía seguimos esperando el Reino ¿Por qué? Una de las
razones por las que nuestro Dios se toma tanto tiempo es porque él no es un
dios. Nuestro Dios no es un “superman” celestial y poderoso que pudiera
irrumpir inesperadamente desde el exterior. El advenimiento de Dios no es como
la caballería acudiendo a rescatarnos. Dios viene desde dentro, de nuestra más
profunda interioridad. Dios está, como dice San Agustín, más cerca de nosotros
que nosotros mismos (…). Dios viene a nosotros como un niño viene a una madre,
de las profundidades de su ser, a través de una lenta transformación del ser de
la madre. La sanación y el crecimiento precisan su tiempo. Tenemos que ser
pacientes, porque Dios viene a nosotros no como un agente externo, sino de la
intimidad misma de nuestro ser corporal, que vive en el tiempo.
Timothy Radcliffe, O.P.
“¿Qué sentido tiene ser cristiano?”
Ed.
Desclée De Brouwer