El lema "Veritas" se aplicó a la Orden de Predicadores ya en
la primera mitad del s. XIV. El historiador dominico polaco Abrahán Bzowski afirmaba que, en el año 1333, el emperador Luis de Baviera,
admirado de cómo los dominicos combatían un error del papa Juan XXII y se
enfrentaban también al mismo emperador, que estaba en lucha con el Papa, habría
afirmado que: "La Orden de Predicadores es la Orden de la verdad, ya que
la defiende con tanta decisión como libertad". Incluso, con anterioridad, el papa
Clemente IV, en una carta al Capítulo General de los dominicos celebrado en Tréveris el año
1288, había aplicado a la Orden el texto de Isaías (26, 2), cuya traducción en
la Vulgata era: "Pueblo santo, que defiende (custodia) la verdad".
No pasa a ser oficial en la Orden hasta el s. XIX,
aunque ya aparezca en diversos escudos dominicanos de la época barroca.
La "Verdad", con mayúscula, se refiere
únicamente a Dios, Verdad primera, que solamente en el cielo se llega a
contemplar. También se aplica a Jesucristo, en cuanto él es Dios y nos ha
transmitido la revelación plena del misterio del Padre, cuya misión actualmente
se continúa mediante la acción del Espíritu Santo. Por tanto, el lema "La
verdad" se puede aplicar a la actividad de la vida dominicana en cuanto que la dedicación al estudio y defensa de la verdad
sagrada es tan importante y definitivo en el carisma dominicano.
Deseo
veros amante de la verdad, la cual nos hace libres. Porque nadie hay que pueda
obrar contra ella. Me parece que esta verdad no se puede poseer con perfección
si el hombre no la conoce y, por no conocerla, no la ama y, no amándola, no la
descubre en sí mismo y no la sigue. Necesitamos por tanto, la luz de la
santísima fe que es la pupila del ojo del entendimiento.
(Santa Catalina de Siena)