"Si Pedro hubiera permanecido siempre en la cobardía y temor que tuvo en la Pasión, no habría llegado después de ella a tan gran perfección de ser hijo y campeón de la Santa Iglesia, gustador y conquistador de almas. Mirad la conducta suya y de los otros discípulos para llegar a perder el temor servil, el apego a los consuelo y recibir al Espíritu Santo como les había prometido la primera y dulce Verdad",
(Santa Catalina de Siena)