martes, 7 de febrero de 2017

San Álvaro 2017: Ejemplo de fortaleza y ternura




San Álvaro: Ejemplo de fortaleza y ternura.




Con la Misa celebrada en la Plaza de San Pedro, el  19 de Marzo de 2013, solemnidad de San José, se inició el Ministerio petrino del Papa Francisco.

En la homilía que dirigió a la multitud asistente y a todos los fieles católicos les manifestó  que “no debemos tener miedo de la bondad, de la ternura; que la ternura no es la virtud de los débiles, sino más bien todo lo contrario: denota fortaleza de ánimo y capacidad de atención, de compasión, de verdadera apertura al otro, capacidad de amor”.

Y estas palabras me han hecho recordar inmediatamente el episodio del pobre que es recogido en el camino por  San Álvaro y llevado a hombros hasta el convento de Scala Coeli, siendo así que cuando llegó a la puerta del convento y salieron sus hermanos a recibirlo, se dieron cuenta que a quien San Álvaro traía a hombros era al mismo Cristo crucificado.

Aunque separados por el tiempo, vemos que la enseñanza que nos presenta el Papa Francisco en su homilía, no sólo son unas bellas palabras teóricas, sino que se pueden llevar y se han llevado en diversas ocasiones a la práctica; siendo una de esas ocasiones el ejemplo antes referido de San Alvaro.

En San Alvaro se cumplen también las palabras  que el Papa Francisco dirigió a los Cardenales cuando los recibió en la mañana del viernes 15 de Marzo, manifestándoles que “todos juntos,… pastores y fieles, nos esforzaremos por responder fielmente a la misión de siempre: llevar a Jesucristo al hombre, y conducir al hombre al encuentro con Jesucristo”. De todos es  conocida la labor realizada por San Alvaro y sus compañeros del convento de Scala Coeli. Partiendo de la oración litúrgica, de la oración privada, del estudio y de la predicación, pronto San Alvaro convierte Scala Coeli en una casa de espiritualidad y oración y en un “studium conventuale”, con sus aulas, su cuadro de profesores y alumnos, con el fin de dar cumplimiento a lo que tantas veces repetía Santo Domingo a sus frailes:  hablar a Dios de los hombres y a los hombres de Dios.

San Alvaro, con palabras de otro gran dominico, el padre Alvaro Huerga,  hizo de Scala Coeli una laboriosa colmena de oración y estudio; una “scala” que sube al cielo para empaparse de Dios y bajar al mundo para predicar sus maravillas y partir su palabra.

(Extracto del artículo escrito por Antonio-Jesús Rodríguez Hernández en la Revista Escala Romera. Abril 2013)