viernes, 23 de diciembre de 2016

La mesa de la Palabra: Poner el misterio






               Santo Domingo de Scala-Coeli * Dominicos * Córdoba             





Poner el misterio 


En algunos lugares en los que se cultiva la tradición belenista, y gracias a un cordial dictado no escrito, se remata la delicada tarea del montaje del nacimiento doméstico, en sencilla solemnidad, con la denominada puesta del misterio.

No es que con esta expresión pretenda trivializar el misterio, realidad inaccesible a la razón y objeto singular de nuestra fe, pero la evoco por ser una oportuna parábola que alienta la lumbre del corazón creyente. En estos días de la segunda mitad de diciembre, decidimos la ubicación de las figuras, diseñamos su distribución, reparamos aquellas que se han deteriorado, incorporamos algunas nuevas, renovamos el paisaje de fondo, buscamos el musgo, marcamos los caminos de pastores y Reyes Magos, ubicamos lejos –muy lejos- el castillo de Herodes, miramos de reojo el calendario para que esté todo a tiempo… un sinfín de menudas tareas encaminadas a que el portal de Belén, misterio de Encarnación, luzca nuevo y sea el punto de mira del conjunto y de cada una de sus figuras.

Esta amorosa puesta en escena del evento de Belén se culmina al colocar la fuente de luz y calor en el centro del portal, y en un pobre pesebre: un niño chiquito, la fuerza de Dios, memoria entrañable de nuestra dignidad como humanos. ¿Lo colocaremos también en el centro de nuestro corazón? Es mi navideño sueño. ¡Navidad Bendita para toda la humanidad!

Fr. Jesús Duque OP.



 

jueves, 15 de diciembre de 2016

La mesa de la Palabra:De nombres



                                               Santo Domingo de Scala-Coeli + Dominicos

viernes, 9 de diciembre de 2016

SCALA COELI - ADVIENTO 2016: Viernes de la Segunda Semana


El Señor, nuestro Dios,
nos enseña para nuestro bien, 
nos guía por el camino que seguimos.
Nuestra paz puede ser como un río;
la justicia como las olas del mar.

El que sigue al Señor tendrá la luz de la vida.
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos,
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.

Ese hombre será como un árbol plantado al borde de la acequia,
da fruto en su sazón,
no se marchitan sus hojas.

Y cuanto emprenda tendrá buen fin.

El servicio de Dios no exige actitudes puritanas;
lo difícil y lo auténtico es ser puro
 en las múltiples y variadas circunstancias de la vida. 

El puritanismo se convierte en la cosa más impura del mundo.




jueves, 8 de diciembre de 2016

Festividad de la Concepción de María Inmacula: El respirar de María



El respirar de María  


Sin María de Nazaret no ha lugar el Adviento. Cierto y obvio, pero uno se goza en el subrayado que el calendario hace de la joven sencilla que supo ser cálido espacio para la grandeza del Señor.

María, grávida, respira esperanza, pues su aliento es joven, perfumado, de rosas y menta. Y lo celebra y baila como niña, esperanza juguetona y divertida porque como niña sabe bien el bienmesabe del Reino de su Hijo que desdramatiza miedos y robustece rodillas vacilantes.

La bienaventurada porque ha creído exhala una osada esperanza pues el toque de su alma roza el horizonte de los sueños que animan y liberan; por eso, en su perfil enteco, se torna fuerte, y sin saber cómo, vence obstáculos con la fuerza de su debilidad y su paciente espera.

Y, en su esperanza, María suma y crea, innova y avanza, porque el que miró la pequeñez de su condición hace, con y por ella, un cielo nuevo y una tierra nueva para todos los que nos asilamos a su materna sombra.


Fr. Jesús Duque OP.

 

 

 

 

MARÍA

(Fructuoso Mangas A pie de obra)

Eres tierra feraz, llena de simiente divina;
eres María, agua escondida, venero secreto;
eres, María, fuente clara de aguas vivas;
eres, María, manantial del que nace la gracia;
eres, María, hilillo fino de agua cristalina;
eres, María, limpio arroyo que del monte viene;
eres, María, ancho río entre las dos orillas;
eres, María, amplia puerta y desembocadura;
 eres, María, alta mar de inmensidad divina.

Eres, María,
tierra, agua, fuente,
manantial, hilillo fino,
arroyo, ancho río,
puerto, boca y ría
y mar sobre la que se cierne fecundo el Espíritu
y donde, ¡niño!, se mece el autor de la vida