miércoles, 30 de noviembre de 2016

SCALA COELI - ADVIENTO 2016: Miércoles de la Primera Semana









Señor y Dios nuestro,
prepara nuestros corazones 
con la fuerza de tu Espíritu
para que cuando llegue Jesucristo, tu Hijo,
nos encuentre dignos de sentarnos a tu mesa 
y él mismo nos sirva en el festin eterno.

 

martes, 29 de noviembre de 2016

SCALA COELI -ADVIENTO 2016-: Martes de la Primera Semana






Brotará un renuevo del tronco de Jesé,
un vástago florecerá de su raíz.
Sobre él se posará el espíritu del Señor:
espíritu de ciencia y discernimiento,
espíritu de consejo y valor,
espíritu de piedad y temor del Señor;
le llenará el espíritu de temor del Señor.

No juzgará por apariencias,
ni sentenciará de oídas;
defenderá con justicia al desamparado,
con equidad dará sentencia al pobre.
Herirá al violento con el látigo de su boca,
con el soplo de sus labios matará al impío.

Será la justicia ceñidor de sus lomos;
la fidelidad , ceñidor de su cintura.


lunes, 28 de noviembre de 2016

SCALA COELI -ADVIENTO 2016-: Lunes de la Primera Semana




"Permaneced alertas a la venida del Señor, 
para que cuando llegue y llame a la puerta 
nos encuentre
 velando en oración y cantando su alabanza".

domingo, 27 de noviembre de 2016

SCALA COELI -ADVIENTO 2016-: Primer Domingo





Hoy vivimos la alegría de estrenar algo nuevo. Damos comienzo a un nuevo año litúrgico. Recibimos un nuevo reloj lleno de tiempo, días, horas, minutos y segundos para que los aprovechemos.

Como seguidores de Jesús de Nazaret hemos sido llamados a vivir y anunciar el Evangelio con palabras y, sobre todo, con acciones, haciendo presente en la vida de la gente, de nuestros hermanos, su fuerza humanizadora y salvadora.

Pero este camino no lo hacemos de manera individual, vamos juntos, formamos una comunidad donde podemos acompañar y ser acompañados. Hemos de tejer relaciones desde nuestra gratuidad, justicia y misericordia; haciendo presente aquí y ahora el sueño de Jesús, la fraternidad universal, promoviendo la dignidad de todo ser humano.

Y como siempre, con el nuevo año litúrgico, comenzamos el Adviento. Pero el Adviento que Dios quiere no es un tiempo cronológico, sino un tiempo espiritual, durante el cual hemos de cultivar y desarrollar la esperanza. Decir esperanza es decir, deseo, confianza, paciencia, vigilancia, compromiso, valentía, alegría, humildad, paz. El Adviento es un nuevo tiempo  en el que se nos pide que dejemos nuestra comodidad, nuestra estabilidad y nuestras seguridades y  actuemos avanzando hacia la Luz, que salgamos al encuentro del Señor, que convirtamos la ignorancia y el olvido en acogida, aceptación, solidaridad y comunión; en definitiva, que hagamos de esta “nueva” venida del Señor un camino de encuentro con nuestros hermanos. 

Y durante este tiempo de Adviento hay unos personajes que nos acompañarán en estas semanas: María, José, Juan el Bautista y el profeta Isaías.

Y hoy, en lugar preferente en esta nuestra Iglesia de Santo Domingo de Scala Coeli, un cuadro de una imagen preciosa de María embarazada, en estado de buena esperanza, en vigilante espera.  Nosotros, como ella, también hemos de estar en vigilante espera, para "dar a luz" al que viene, dando a los demás con nuestras obras y nuestra vida a ese que, de antemano, hemos de acoger, que es el Señor, que es -nada menos- que "Dios con nosotros".


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Ya es tradición entre nosotros que esté presente en nuestras celebraciones la corona de Adviento. Cada uno de los elementos que la componen está lleno de significado. El círculo representa el ciclo ininterrumpido de las estaciones; las hojas verdes perennes simbolizan la persistencia de la vida en medio del duro invierno, y las velas encendidas la permanencia de la luz en medio de la oscuridad de este tiempo.

A lo largo de las cuatro semanas de Adviento vamos a ir encendiendo cada una de las velas de los cuatro colores litúrgicos principales que nos recordarán actitudes esenciales en este itinerario para prepararnos a la venida del Señor que ya llega. 

Hoy, primer domingo de Adviento, encendemos la vela con la que queremos avivar en nosotros la ESPERANZA. Una esperanza que brota de la promesa de un Dios que ha decidido poner su tienda entre nosotros y acompañarnos en nuestro propio camino.



sábado, 26 de noviembre de 2016

La mesa de la Palabra: Enfermos de bienestar


    Santo Domingo de Scala-Coeli * Dominicos * Córdoba



Enfermos de bienestar 

No son muchas las objeciones que se presentan al planteamiento teórico del Estado del Bienestar; cosa muy distinta es que el resultado de tal apuesta histórica en los países del I Mundo, en su contenido y expresiones, sea del agrado de todos. Me refiero no solo al singular síntoma del black friday de estos días, que también, sino al síndrome de frivolidad y ligereza que nos invade desde hace bastante tiempo.

Estamos en una sociedad que alardea de abundancia y, por ello, todo está, o parece estar, al alcance de la mano. Se vende y se compra apariencia de felicidad, se impone un ritmo de vida agitado con el riesgo cierto de episodios depresivos y tiempos prolongados sin sentido vital. Abundan los famosos de la nada y los  iconos del azar y del enriquecimiento rápido. Todo se antoja fácil y tiene que ser obligadamente placentero. Banalidad que no da cabida a rearme ético ni permite un coraje vital que nos abra los ojos al igual, a la trascendencia, al compromiso, a la paz interior, a la cultura del esfuerzo y a la honradez.

Esta dolencia de nuestro hoy tiene cura porque nada que vive está dejado de la mano de Dios. Hay que mostrar voluntad de mejora que nos permita alumbrar nuevos retos y mejores alegrías. En este contexto el evangelio del inicio del adviento suena con rotundo mensaje: No sean frívolos, sacúdanse el sopor. Pues cabe en nuestro horizonte personal y colectivo ser más sensatos, más lúcidos, más inteligentemente creyentes. No debemos perder más tiempo en un modo cansino de vivir, sin fuste ni brío; la fe cristiana dispone de sobrados recursos para recuperar el mejor tono, la densidad de la esperanza.  

Fr. Jesús Duque OP.