sábado, 30 de abril de 2016

San Pío V, papa O.P.


Antonio Ghislieri nace el 17 de enero de 1504 en Alessandría (Italia), Hijo de Pablo Ghislieri y Dominica Augeria. Entró en la Orden de Predicadores a los quince años.


S. Pio V - Iglesia Santo Domingo de Scala Coeli - Córdoba
A los cuarenta y siete años, en 1551 es llamado a Roma por Julio III y designado Comisario General del Santo Oficio, donde trabaja por la difusión y la pureza de la fe. Pablo IV le nombra cardenal en 1557. El mismo Pablo IV, en 1560, le traslada a Mondovi (Piamonte), diócesis que se encuentra en lamentable estado, donde se empeña por acercarla al Evangelio de Jesucristo.

 Descubierto por San Carlos Borromeo, el cardenal fray Miguel Ghislieri es elegido Papa en 1566 a los sesenta y dos años de edad. No es un príncipe, sino un asceta el que la Orden de Santo Domingo presta al papado de Roma. Pío V - así se llamará- conservó su blanco hábito de dominico, que desde entonces es el color de las vestiduras papales, llevando el estilo de la Orden de Predicadores a la Curia Romana.  El nuevo Papa se esfuerza por confirmar a toda la Iglesia en la misma fe. Restauró el culto cristiano y la disciplina eclesiástica, poniendo en práctica, sobre todo con su misma vida, las normas del Concilio de Trento. Publicó el llamado "Catecismo Romano", el "Breviario" y el "Misal Romano", que han estado en vigor hasta el siglo XX.

Su corazón se inquieta frente a las nuevas situaciones pastorales. Por una parte, mundos recientemente descubiertos que es necesario evangelizar; y por otra, países protestantes que comienzan a nacer. A fin de abordar tales problemas crea dos congregaciones cardenalicias que serán base de la posterior Sagrada Congregación "De Propaganda Fide" (creada en 1622). Proclama a Tomás de Aquino "Doctor de la Iglesia".

Estimuló la formación teológica de los clérigos en los seminarios a los que, entre otras medidas, propone la introducción de la enseñanza de la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino.

Se esfuerza por hacer coincidir la sociedad terrena con el Reino de Dios. Ve destrucción y muerte sobre Europa con la inminente invasión de los otomanos. Por eso, propicia entre los príncipes la liga de España y Venecia para detenerlos. Se alcanza la victoria en Lepanto el día 7 de octubre de 1571, mientras el Papa se encuentra en oración a María, la Madre de Dios, en su devoción al rosario; por ello instituye para este día la fiesta con el título de Nuestra Señora de la Victoria que en 1573 se denominará "del Rosario".

Murió en Roma el 1 de mayo de 1572 y fue canonizado el 22 de mayo de 1712.

viernes, 29 de abril de 2016

FIESTA DE SANTA CATALINA DE SIENA




Interior de la Iglesia de Santo Domingo de Scala Coeli - Córdoba


            Catalina de Siena destaca en la historia de la Iglesia como mujer fuerte y celosa, confiada apasionadamente en el inmenso amor de Dios a la humanidad, manifestado en Cristo Jesús.. 

             Nace en Siena el 25 de marzo de 1347 de Lapa y Jacopo Benicasa.  Siendo muy joven se consagra a Dios y se une a las "Mantellata", un grupo de laicas dominicas que consagran en Siena su vida a la oración y a la caridad. Muchas crónicas se refieren a su atenta dedicación a los pobres y a los presos y a su solicitud por los enfermos. 


            Con frecuencia actúa como conciliadora entre Estados en guerra. Anima al Papa Gregorio XI a abandonar Aviñón y volver a Roma, apoyándolo firmemente. Lo mismo ocurre con su sucesor Urbano VI. Cuando en 1378 es elegido un antipapa –Clemente VII- dedica todas sus energías a la oración y a la actividad para que se resuelva el cisma interno de la Iglesia. Con este fin se traslada a Roma, donde muere el 29 de abril de 1380.  

              Fue canonizada en 1641; Pablo VI la declaró doctora de la Iglesia en 1970. Y en 1999 Juan Pablo II la proclamó copatrona de Europa.





Elevación de Santa Catalina en Pascua



¡Oh Resurrección nuestra, Oh Resurrección nuestra,

oh alta y eterna Trinidad!. Desentraña mi alma .

¡Oh Luz que da luz y en cuya luz vemos!.

En tu Luz veo y sin ella nada puedo ver.

Porque Tú eres el que eres, más yo soy la que no soy.

En esta misma luz conozco mi necesidad

y la necesidad de tu Iglesia  y de todo el mundo.

Y porque en la luz conozco,

te pido que desentrañes mi alma por la salud del mundo entero.

No porque pueda por mi misma producir algún fruto,

sino por la virtud de tu caridad, que es obradora de todos los bienes.



¡Oh Trinidad Eterna!. ¡Oh Resurrección nuestra!.

En tu luz  se conoce que tú eres aquel sumo y eterno jardín

que en sí encierra flores y frutos.

Porque eres flor  de gloria que se da gloria a sí mismo,

te das también a ti mismo como fruto.

En el jardín de tu seno estaba encerrado el hombre.

 ¡Oh Padre Eterno!.

Tú sacaste de tu mente santa como una flor

 con tres potencias en el alma,

 y en cada una de ellas has puesto una planta

para que pudiésemos fructificar en tu jardín,

volviendo a ti  con el fruto que tú le has dado.

 Y tú vuelves al alma llenándola de tu bienaventuranza ,

 en la que ella se encuentra como el pez en el mar, y el mar en el pez.



Tú me has dado la memoria para que pudiese retener tus beneficios

y produjese la flor de gloria a tu nombre

 y provecho y utilidad para sí.

Le has dado también la inteligencia

para que comprendiese tu verdad

y voluntad para que germinasen flores de gloria

 y luego fruto de virtud.

Le has dado la voluntad para que pudiese amar

 lo que la inteligencia ha visto y retiene la memoria.



¡Oh Cristo Resucitado!. ¡Oh dulce portero, oh sublime Cordero!.

Tú eres el hortelano que,

habiendo abierto las puertas del jardín celestial,

del paraíso, nos ofrece las flores

 y los frutos de la Eterna Deidad.

Ahora conozco ciertamente que has dicho la verdad

cuando en forma de peregrino

te apareciste en el camino a tus dos discípulos,

 diciéndoles que era necesario que Cristo padeciese

 y que por el camino de la cruz entrase en su gloria,

 mostrándoles que así había sido profetizado

por Moisés, Elias, Isaías, David

y los demás que habían profetizado de ti.

Y les declaraste las Escrituras, más ellos no te entendían,

porque su entendimiento estaba ofuscado.

Más tu te entendiste a ti mismo.

¿Cuál era tu gloria, oh dulce y amoroso Verbo?.

 Eras tú mismo.

 Para que entrases en ti mismo era necesario que padecieses.

jueves, 28 de abril de 2016

San Luis María Grignion de Monfort, de la Orden Tercera


"... permaneced en mi amor."









REZAR EL ROSARIO EN COMUNIDAD


(Por San Luis María Grignion de Montfort)


Entre tantos métodos como existen de rezar el Rosario, el más glorioso para Dios, saludable para el alma y temible para el demonio es el de salmodiarlo o rezarlo públicamente a dos coros.
Dios se complace en las asambleas. Todos los ángeles y santos congregados en el cielo le alaban ininterrumpidamente. Los justos de la tierra reunidos en varias comunidades le imploran en comunidad día y noche
El Señor aconsejó expresamente esta práctica a sus apóstoles y discípulos y les prometió que, cuantas veces se reúnan dos o tres en su nombre, El se encontraría en medio de ellos, para rogar en su nombre y rezar la misma oración. ¡Que alegría tener a Jesús en nuestra compañía! y pensar que para poseerlo basta solamente reunirse a rezar el Rosario
Es la razón por la cual las primeros cristianos se reunían tantas veces para orar a pesar de las persecuciones de los Emperadores que les prohibían reunirse, preferían exponerse a la muerte antes de faltar a sus asambleas, en las que tenían la certeza de que Jesús les hacía compañía. La oración en común es saludable al alma:
1. Porque ordinariamente la mente más atenta durante la oración pública que durante la privada.
2 porque cuando se reza en comunidad la oración. de cada persona se convierte en la de toda asamblea y todas juntas sólo forman una oración. De suerte que si algún particular no reza tan bien, otro que lo hace mejor suple su falta. El fuerte sostiene al débil, el fervoroso enardece al tibio, el rico enriquece al pobre y el malvado se integra a los buenos. ¿Cómo vender un kilo de cizaña? Basta mezclarla con cuatro o cinco kilos de trigo bueno.
Porque una persona que reza sola el Rosario tiene el mérito de un solo Rosario, pero si lo reza con treinta personas, adquiere el mérito de treinta rosarios tales son las leyes de la oración pública. ¡Que ganancia! ¡Que ventaja! Porque la oración publica, es más eficaz que la individual para apaciguar la ira de Dios y obtener misericordia.
Por último, el Rosario rezado en comunidad es mucho más terrible contra el demonio, pues así se forma un ejercito entero para atacarlo. En ocasiones triunfa fácilmente sobre la oración particular. Pero, si esta se une a la de los demás solo con dificultad lograra sus propósitos. Es fácil romper una varita. Pero si la unes a otras y formas un haz, no podrá romperlo.
La unión hace la fuerza. Los soldados se unen en batallón para derrotar al enemigo. Las malvados se unen con frecuencia para sus orgías y danzas. Los mismos demonios se unen para perdernos. ¿Por qué no han de unirse los cristianos para gozar de la compañía de Jesucristo, aplacar la ira divina, alcanzar la gracia y misericordia del Señor y vencer y abatir más eficazmente a los demonios?
Pero, Corno en todas partes hay réprobos no te extrañes de encontrar en los lugares donde vives gentes perversas que desdeñaran venir al Rosario. Ridiculizaran y aun harán cuanto puedan con sus malignas insinuaciones y ejemplos para impedir que continúes en tan santo ejercicio ¡Pero, no cedas! ¡No te extrañes de su proceder! ¡Un día, estos infelices se hallarán para siempre separados de Dios. Excluidos del paraíso así como ahora se apartan de la compañía de Jesucristo y de sus servidores!




domingo, 24 de abril de 2016

Jornada Espiritual: El Resucitado y el Don de la Paz




Continuando con las actividades programadas para este curso 2015-16, tuvo lugar ayer sábado una nueva Jornada Espiritual, en Santo Domingo de Scala Coeli.



En esta ocasión, el P. José Antonio Segovia, O.P. dirigió esta Jornada que tituló “El Resucitado y el don de la Paz”.



Además de la intervención del P. Segovia, a modo de introducción y para situar concretamente el tema de la Jornada, la treintena de asistentes a dicha Jornada Espiritual tuvieron momentos de oración interior e individual, de oración comunitaria y de diálogo entre todos, finalizando con una Eucaristía.




Como resumen de la misma, a continuación, dejamos unas notas que pueden servir para tener una aproximación a lo vivido este sábado en Scala Coeli.



Objetivo general de la Jornada: Vivirla como una experiencia pascual. Un encuentro con Jesucrísto Resucitado por medio de la oración.



Texto base: Juan 20, 19-27.

Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!».  Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.  Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes». Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan».

Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros discípulos le dijeron: ¡Hemos visto al Señor!». El les respondió: «Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré».

Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Luego dijo a Tomás: «Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe».

Cuestión planteada: La misericordia, ¿qué grado de paz me da?



Objetivo concreto: Conseguir o aumentar la paz.



Vehículo para ello:

·         Oración de paz, de San Francisco.



Notas:



+ La paz es un mensaje de pascua.

+ La paz es un regalo.

+ Cristo es nuestra paz.

+ La paz es fruto de la justicia, del trabajo humano; y del Espíritu, de la obra de Dios.

+ La paz es un valor sobre el que los hombres de hoy están especialmente sensibilizados.

+ La paz no solo nos afecta interiormente (bienestar íntimo y personal), sino también es un anhelo, una necesidad de la sociedad, de la Humanidad.

+ La paz es un valor humano, psicológico, social y evangélico.

+ La paz nos hace pacíficos para pacificar, para ser mensajeros e instrumento de la paz.

+ La paz se hace, la hacemos, con el perdón, la reconciliación, la misericordia y colaborando en la obra de Dios.

+ La paz de Jesús es una paz divina, mesiánica, prometida desde siempre y capaz de cambiar.

+ La paz auténtica empieza por el corazón, por uno mismo.

+ La vida espiritual es armarse con la paz.

+ La paz interior es el río que invade todos los ámbitos de la vida.



Cuestiones para el trabajo interior:



-¿Es mi corazón un lugar de paz?

- Las relaciones difíciles son una ocasión para vivir la paz evangélica. ¿Cómo suelo reaccionar ante los hechos difíciles de los demás?

- ¿Cuáles son los puntos concretos de conflicto que más se repiten en mis relaciones?

- ¿Dónde se hace hoy más necesaria mi acción pacificadora, dentro de mí o en mis relaciones?

jueves, 14 de abril de 2016


"... el que coma de este pan vivirá para siempre."




La celebración comunitaria de la Eucaristía no es solamente un recuerdo de la noche en que Jesús fue entregado, sino principalmente el estímulo para emprender la vida hacia adelante, hasta lograr una meta más allá de todas las metas humanas.

Todos los hombres están llamados a ser discípulos de Cristo, a sentarse en la mesa de la vida. Preferencia especial tienen los marginados de la sociedad. Para realizar esta tarea se necesitan servidores decididos, enviados de Jesús.









Considera en cuánta excelencia se halla el alma si recibe como debe el pan de vida, manjar de los ángeles. Recibiendo este sacramento, está el alma en Dios y Dios en ella. Al modo que el pez está en el mar y el mar en el pez, así está Dios en el alma y el alma en Dios, Mar de paz. En esa alma está la gracia, porque, si recibe ese pan de vida en gracia, ésta permanece en el alma.

(Sta. Catalina de Siena, O.P.)