miércoles, 13 de enero de 2016

Entrevista al Maestro General




El Papa Francisco está poniendo el acento en la misericordia. ¿Cómo ofrecen la misericordia los padres y religiosas dominicas?

Una de las antífonas a Santo Domingo que cantamos al finalizar la oración de la noche lo describe como “predicador de la gracia”. En la Biblia, los términos de gracia y misericordia son a menudo intercambiables; se refieren a la vez a la bondad, el perdón, la llamada, el amor, el interés, la fidelidad, la vida, el amor inagotable de Dios. Así, la misión de la predicación de la Orden puede entenderse como una misión de misericordia.

La primera tarea de los dominicos fue predicar y oir confesiones. La predicación pretendía abrir el camino a la reconciliación. La celebración del sacramento de la misericordia de Dios fue considerada como la conclusión natural de la predicación. ¿Qué tenemos que hacer, hermanos?, preguntó la gente a los apóstoles cuando comenzaron a predicar la resurrección de Jesús. Los primeros dominicos podrían haber dicho: “arrepentíos y confesar vuestros pecados”. Nosotros decimos “Deja de lado todo lo que debilita y envenena tu vida y busca la plenitud de vida que Cristo vino a darnos”.

Los dominicos también ofrecemos la misericordia en el mundo a través de nuestras obras de caridad, ayudando a las personas en situaciones concretas de necesidad. Ofrecemos misericordia a través del estudio de la verdad dondequiera que se encuentre, y de esa manera llegar a amar el trabajo tanto de Dios en la creación como los logros humanos en el pensamiento y en la cultura. Mostramos misericordia cuando predicamos el Evangelio que es la Buena Noticia de la gracia de Dios, que nos llama a la amistad con Él. Esta es la mayor misercordia: ser invitados a esta amistad.

(Extracto de la entrevista realizada a Fr. Bruno Cadoré, y publicada en el semanario Alfa y Omega, el 7 de enero de 2016)