lunes, 28 de abril de 2014

Scala Coeli en el encuentro de dominicos en preparación para el nacimiento de la Provincia Hispaniae


Scala Coeli  estuvo presente en la reunión que, durante los días 22 al 25 de abril, celebraron un total de sesenta frailes dominicos de las Provincias de Aragón, Bética y España en el Convento del Vedat (Valencia), y que tenía como objetivo encontrarse, conocerse, hacer fraternidad, y preparar el camino hacia el nacimiento de la Provincia Hispaniae. Fue uno de los ejemplos expuestos como proyecto de misión dominicana.

La casa de Scala Coeli fue presentada como lugar de tradición dominicana, con una comunidad que acoge y acompaña procesos espirituales. El P. R. Fassio encargado de dicha presentación, puso de manifiesto el interés que existe por la espiritualidad, aunque a veces confuso, con riesgo de caer en un new age o mezcla de espiritualidades.

 Por eso Scala Coeli ofrece una espiritualidad específicamente cristiana, desde nuestra más genuina tradición dominicana, encarnada, fundamentada en la gracia, alegre, positiva. A la casa se acercan personas que buscan ambiente comunitario; religiosos/as de media edad; matrimonios jóvenes, etc. Este tipo de misión requiere una vida exigente, formación permanente, actualización teológica y psicológica, también vida en pobreza.

ECOS DE LA ROMERIA DE SANTO DOMINGO 2014



Santo Domingo vivió ayer su día grande. Varios miles de personas, peregrinos a pie, a caballo o montados en carrozas, participaron en la romería que un año más es el preludio del mes grande de Córdoba: mayo. Como marca la tradición, a las ocho en punto de la mañana un cohete anunciaba que era el momento de la reunión de la comitiva en la avenida República Argentina. Los romeros comenzaban su particular jolgorio, mientras media Córdoba aprovechaba las horas de sueño que les regalaba la jornada dominical. 

 
El sol comenzaba a dejarse ver y las temperaturas, a pesar de que aún era temprano, eran bastante llevaderas, por lo que se preveía que la jornada iba a ser inmejorable. Un total de 15 carrozas montadas por las peñas y la oficial de la romería formaron el cortejo, que un año más fue toda una explosión de color para celebrar así la llegada de la primavera. En el punto de encuentro de la romería un año más no faltó a la cita la edil de Fiestas, Amelia Caracuel, que estuvo acompañada por el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, y el presidente de la Gerencia Municipal de Urbanismo, Luis Martín. Los tres participaron en la ofrenda floral que cada año tiene lugar en el monolito  situado en los Llanos del Pretorio, como homenaje a las dos agentes de la Policía Local asesinadas por Claudio Lavazza. En la romería también se dejaron ver, y en la misa que tuvo lugar a mediodía ya en el santuario de Scala Coeli, el alcalde, José Antonio Nieto, el líder de UCOR, Rafael Gómez, o la delegada de la Junta en Córdoba, Isabel Ambrosio. 

Pero los verdaderos protagonistas de la jornada fueron los romeros, que un año más consiguieron que la primavera renaciera en Santo Domingo, uno de los parajes más bellos de la sierra cordobesa. Durante varios días han trabajado en sus carrozas para que ayer lucieran a lo grande en la romería, que antecede a la de la Virgen de Linares, y que volverán a lucirse en la Batalla de las Flores. La encargada de que a los romeros no les faltase de nada durante el camino que les conducía a Santo Domingo fue un año más Paula Pozuelo, la presidenta de la romería. Desde primera hora de la mañana controlaba que no faltara ni un solo detalle antes de que partiera la comitiva. "Nos está haciendo un día estupendo para poder disfrutar del que es nuestro día grande", dijo, sin dejar de lado los preparativos del desfile, que finalmente partió pasadas las 09:00. Sin embargo, Pozuelo lamentó que la coincidencia de la romería con otros eventos, como la celebración de la Cata o la Feria del Libro, había provocado que este año fueran menos los romeros que habían participado en la salida. "La romería ha coincidido con un fin de semana en el que se están celebrado mucho eventos porque la Semana Santa ha sido muy tarde, pero espero que con el paso de las horas sean más las personas que se animen a disfrutar de esta jornada romera", dijo Pozuelo. Y, al final, sus previsiones se cumplieron.

Después de la caminata los romeros festejaron en el santuario de Scala Coeli el milagro de San Álvaro de Córdoba, fraile dominico que en una de sus visitas a la ciudad recogió a un mendigo enfermo que resulto ser Jesucristo.

El hermano mayor de San Alvaro reiteró ayer sus felicitaciones y agradecimientos por el éxito de la convocatoria a los organizadores del evento, peñas participantes, la congregación dominica del convento de Scala Coeli y a los cuerpos de seguridad del Estado, Policía Local y Protección Civil, todo ello en una día en el que no se registró ningún incidente destacable y donde se estrenaba un nuevo espacio para aparcar vehículos.


( Textos procedentes de los periódicos EL DIA DE CORDOBA y Diario CORDOBA, del 28 de Abril de 2014 )

viernes, 25 de abril de 2014

Pregón de la Romería de Santo Domingo - 2014



El Real Círculo de la Amistad volvió a vivir anoche un auténtico preludio de la romería de Santo Domingo, que se celebrará pasado mañana, domingo.

A los sones de Caminito de Santo Domingo , desfilaron la corte de romeras y, una vez situadas en el escenario del Salón Liceo, fueron proclamadas como romera infantil Laura López Jurado y como romera mayor Beatriz Cerezo Sánchez, quienes de manos del hermano mayor de San Alvaro, Rafael Jurado, recibieron sus respectivas bandas ante el aplauso de los numerosos asistentes al acto, entre los que se encontraba el alcalde de la ciudad, José Antonio Nieto, y varios miembros del equipo de gobierno, así como representantes de las cofradías y peñas cordobesas.

Ya con todas las romeras en su sitio, el Centro Filarmónico Eduardo Lucena ofreció un concierto de música tradicional cordobesa donde no faltaron las célebres Cordobesita o Caminito de Santo Domingo , sin duda la mejor banda sonora para introducir el pregón de la romería, este año a cargo del periodista y exdirector de diario CORDOBA Antonio Ramos Espejo.

El pregonero pronunció un corto pero intenso texto cargado de nombres propios vinculados a la ciudad, desde poetas como Luis de Góngora a personas del entorno del santuario de Scala Coeli, como el padre Mariano del Prado, fray Carlos Romero o fray Rafael Cantueso, personas "a las que recuerdo con gran cariño y que conocí en mi etapa como novicio de la orden dominica en el santuario de Scala Coeli".

También tuvo palabras para el devoto Cristo de San Alvaro "auténtico modelo que representa a los marginados sociales, a los pobres, a los que tienen que saltar las alambradas...".

El pregonero concluyó con varios emocionados vivas a las romeras, a San Alvaro y a la Virgen de las Angustias, siendo estas sus últimas palabras.


(Texto del Diario CORDOBA, viernes 25 Abril 2014).

miércoles, 23 de abril de 2014

Te conocimos al partir el pan



Andando por el camino te tropezamos, Señor,
te hiciste el encontradizo, nos diste conversación.
Tenían tus palabras fuerza de vida y amor,
ponían esperanza y fuego en el corazón.

/ TE CONOCIMOS, SEÑOR, AL PARTIR EL PAN.
TÚ NOS CONOCES, SEÑOR, AL PARTIR EL PAN. / (2)

Llegando a la encrucijada, Tú proseguías, Señor,
te dimos nuestra posada, techo, comida y calor;
sentados como amigos a compartir el cenar,
allí te conocimos al repartirnos el pan.
ESTRIBILLO.

Andando por los caminos te tropezamos, Señor,
en todos los peregrinos que necesitan amor;
esclavos y oprimidos que buscan la libertad,
hambrientos, desvalidos, a quienes damos el pan.
ESTRIBILLO.




Letra y música: Joaquín Madurga

martes, 22 de abril de 2014

ACTOS EN HONOR A SAN ALVARO - Mes de Abril


ACTOS EN HONOR A SAN ALVARO,
organizados por la
 Real Hermandad del Stmo. Cristo y San Álvaro de Córdoba
-Mes de Abril-

Día 24
PREGON DE LA ROMERIA DE SANTO DOMINGO 2014

a cargo del Sr. D. Antonio Ramos Espejo,
que será presentado por el Sr. D. Rafael de la Torre Mesa,
pregonero del año 2013.

Lugar: Salón Liceo del Círculo de la Amistad
Hora: 22:00.

Se contará con la actuación de la Coral del Real Centro Filarmónico de Córdoba “Eduardo Lucena”.

                                                                          Día 26
PRELUDIO DE LA ROMERIA

            A las 12:00 horas, Santa Misa, presidida por el P. Mariano del Prado del Prado, Consiliario de la Hermandad, en la explanada de la ermita de la Magdalena.

            Será cantada por el Coro de la peña “Romeros de la Mezquita”.

       A continuación se servirá el tradicional “potaje”, ofrecido por Hotel Los Abetos de Maestre Escuela.
           
Día 27.
ROMERIA DE SANTO DOMINGO
            
              A las 8:00 horas, Concentración de la cabalgata romera, en la Av. República Argentina, Paseo de la Victoria.
                     A las 9:00 horas, salida de la comitiva hasta llegar al Santuario de Santo Domingo.
              A las 12:00 horas,  Santa Misa, presidida por el Excmo. Monseñor D. Miguel Castillejo Gorráiz, Prelado de Honor de su Santidad


            Será cantada por el Coro Alminar.

lunes, 21 de abril de 2014

PASCUA: Alegría


Cristo, alegría del mundo,
resplandor de la gloria del Padre.
¡Bendita la mañana
que anuncia tu esplendor al universo!

En el día primero,
tu resurrección alegraba
el corazón del Padre.
En el día primero,
vió que todas las cosas eran buenas
porque participaban de tu gloria.

La mañana celebra
tu resurrección y se alegra
con claridad de Pascua.
Se levanta la tierra
como un joven discípulo en tu busca,
sabiendo que el sepulcro está vacío.

En la clara mañana,
tu sagrada luz se difunde
como una gracia nueva.
Que nosotros vivamos
como hijos de luz y no pequemos
contra la claridad de tu presencia.


domingo, 20 de abril de 2014

BUSCANDO AL RESUCITADO

       
             “Resucitar”: Sólo es posible tras haber muerto.

        Tú, Señor Jesús, viviste una muerte, que ni buscaste ni

        querías, y que afrontaste de lleno por puro amor, del Padre que

        entrega al Hijo amado, y de ti mismo con tu propia entrega. Tu

        sangre fue el precio de nuestra propia salvación. De todos, de

        ti, de mí… ¡de cada uno! Pero luego… ¡resucitaste!

                  La suerte del Maestro, de un modo u otro, también le toca

        al discípulo. Comprobamos que las “muertes” llegan, que nos

        duelen, las nuestras y las de nuestros hermanos porque, de

        algún modo, son también nuestras, y que “rastreamos”, como

        Mª Magdalena, las huellas del Resucitado.

                “Dinos, María, ¿qué viste en el camino?”  ¿Qué vamos

        viendo nosotros ? : Muchos hermanos débiles y pobres que

       caminan contigo, Señor, conscientes de que TÚ eres su fuerza, y de que

     CONTIGO, sus muertes son resucitadas y resucitadoras.


·         Hermanos que, arrepentidos, lloran su culpa.

·        Los que perdonan una y otra vez.

·        Aquellos que, con un corazón grande, van más allá del

propio dolor a aliviar heridas ajenas, olvidando las suyas.

·        Esos otros que, “crucificados” de mil maneras en el día a día, siguen adelante.
    ·        Los que luchan y trabajan por sacar adelante a los suyos, hace tiempo parados.
   ·        Aquellos que, sin cerrar los ojos al mal, se empeñan solidariamente en ser constructivos.
   ·         Todos los que, unidos en oración, te presentan, Padre, sus luchas y logros,  tristezas y alegrías, esfuerzos y sosiegos, amaneceres y atardeceres, unidos a los del Hijo, sabedores de que, con Él, por Él y en Él, van construyendo “Reino”.

          ¡Muchas huellas de resurrección podemos ver en el camino!




“Miré y vi una muchedumbre enorme que  nadie podía contar. Gentes de toda nación, raza, pueblo, y lenguas… llevaban palmas en las manos y clamaban con voz potente… la salvación es de nuestros Dios”. (Ap 7, 9-11)

 P

                                                    Paqui López
                                     - Fraternidad Seglar Sto. Domingo de Scala Coeli -




MARIA Y LA RESURRECCION DE JESUS



Estaría la santa Virgen en aquella hora en su oratorio recogida, esperando esta nueva luz. Clamaba en lo íntimo de su corazón y, como piadosa leona, daba voces al Hijo muerto al tercer día, diciéndole: levántate, gloria mía; levántate, salterio y vihuela; vuelve, triunfador al mundo; recoge, buen pastor, tu ganado; oye, Hijo mío, los clamores de tu afligida madre y, pues éstos te hicieron bajar del cielo a la tierra, éstos te hagan ahora subir de los infiernos al mundo...

No sale tan hermoso el lucero de la mañana, no resplan­dece tan claro el sol de mediodía como resplandeció en los ojos de la Madre aquella cara llena de gracias y aquel espejo sin mancilla de la gloria divina. Ve el cuerpo del Hijo resu­citado y glorioso, despedidas ya todas las fealdades pasadas, vuelta la gracia a aquellos ojos divinos y restituida y acre­centada su primera hermosura.

Las aberturas de las llagas, que eran para la Madre cuchillos de dolor, velas hechas fuentes de amor. Al que vio pasar entre ladrones, velo acompañado de santos y ángeles. A1 que le encomendaba desde la Cruz al discípulo, ve cómo ahora extiende sus brazos y le da dulce paz en su rostro. Al que tuvo muerto en sus brazos, velo ahora resucitado ante sus ojos Tiénelo y no lo deja; abrázalo y pido que no se vaya. Entonces enmudecida de dolor, no sabe qué decir. Ahora, en­mudecida de alegría, no puede hablar. ¡Qué lengua, qué entendimiento podrá comprender hasta dónde llegó este gozo?


                                                                        (Fr. Luis de Granada)

sábado, 19 de abril de 2014

LAS PALABRAS DE CRISTO EN LA CRUZ (y VII)


7ª.- "PADRE, EN TUS MANOS PONGO MI VIDA". Lc 23, 44-49.

 

Oh dulce dejo, oh dulce muerte, oh dulce sangre, oh dulces llagas, oh dulce madero, oh dulce peso, oh inestimable caridad, que por llevar los miserables desterrados al cielo mueres tú, Señor de los cielos, en un madero! Suplícote, Señor mío, por el dolor de este apartamiento, que al tiempo que esta pobre alma se apartare de este cuerpo, pues nadie puede carecer de este doloroso aparta miento, sea yo favorecido con la virtud de este misterio y aca­be con las palabras que tu acabaste, encomendando mi espíri­tu en tus manos y recibiéndolo tú en ellas. En medio de estas llagas preciosas se acabe el postrer punto de mi vida y en medio de esa preciosa sangre sea el postrero de mis gemidos. Amén.



                                                                        (Fr. Luis de Granada)

viernes, 18 de abril de 2014

LAS PALABRAS DE CRISTO EN LA CRUZ (VI)


6ª.- CONSUMMATUM EST: ACABADO  ES".  Jn 19, 28-30. Mc 14, 32-42


Levantaría entonces sus ojos honestísimos la Virgen a ver si con esta palabra se acababa la vida del Hijo. ¿Cuál de estas cosas deseáis, Virgen? ¿Deseáis, por ventura, que se acaben sus dolores? Si se acaban su dolores, también se ha de acabar su vida. ¿Pues deseáis que se acabe la vida? No es de madre tal deseo. Pues, ¿qué deseáis? Nueva manera de dolor es ésta, pues no sabéis qué desear.

Pues, ¿qué sentiría el corazón de la Virgen cuando levantara sus ojos a mirar la cara del Hijo y en la amarillez y mudanzas de ella conociese la presencia de la muerte, que ya se acercaba? ¿Qué sentiría cuando viese perderse el color del rostro, teñirse los labios de color de muerte, afi­larse las narices, oscurecerse la hermosura de sus ojos, incli­narse la cabeza y levantarse el sagrado pecho? ¿Conocéis vos, Señora mía, esta figura? ¿Conocéis cuya es esta tan enrojecida voz? ¿Cómo se ha descolorido el rubí en que se miraban vuestros ojos? ¿Cómo se ha marchitado la flor de la mañana? ¿Cómo es eclipsado el sol del medio­día?

¡Oh castísimos ojos, guardados para verdugos de este día! ¿adónde miraréis que no sea con intolerable dolor? Si miráis a lo alto, veis las insignias y los mensajeros de la muerte en la cara del Hijo. Si miráis a lo bajo, veis la tierra toda arroyada y encharcada de su sangre.  Pues, ¿adónde, Virgen, miraréis, cuando el cielo y la tierra parece que han conjurado hoy contra vos? ¿Cómo pueden estos piadosísimos ojos ver los hilos de la sangre viva correr a vuestros pies y no morir?.



                                                                        (Fr. Luis de Granada)


jueves, 17 de abril de 2014

LAS PALABRAS DE CRISTO EN LA CRUZ (V)


5ª- " TENGO SED". Jn 19, 28


¿Qué es esto, Salvador mío!, dice S. Ber­nardo. ¿Más pena os da la sed que la cruz, pues no quejándoos de la cruz, os quejáis de la sed? ¿Qué sed es esta que tanto os fatiga? Ciertamente no otra que el deseo de nuestra salud, de nuestra fe y de nuestro remedio; porque esto es como si dijera: Más me duelen vuestros males que los míos y más siento vuestras culpas que los tormentos de mi cruz.

Pues si ésta es, Señor, vuestra sed, las lágrimas de mi contrición y penitencia la apagarían, y yo, más crudo que vuestros enemigos, no os doy este refrigerio. ¡Oh Virgen santísima, ¿qué sintió vuestro piadoso co­razón con esta palabra cuando visteis el refrigerio que sus enemigos le dieron y no fuisteis poderosa para dar un jarro de agua al hijo que la pedía muriendo?

¿Dónde están ahora, ¡oh Magdalena, aquellas lágrimas que derramaste sobre los pies del Salvador? ¿Dónde están las vuestras, oh serenísima Virgen? ¿Cómo no subís a aquella cruz y, siquiera con esas lágrimas de vuestros ojos, no re­frescáis aquellos labios cárdenos y resequidos... ?


                                                                        (Fr. Luis de Granada)


miércoles, 16 de abril de 2014

LAS PALABRAS DE CRISTO EN LA CRUZ (IV)


4ª.-  "DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?. Mc 15, 33-40     


Esta palabra nos descubre una de las principales cir­cunstancias que intervinieron en la sagrada Pasión, por la cual entendemos la grandeza de los dolores que el Salvador en ella padeció...

...El mismo cerró las puertas a todas las maneras de consolaciones que le podían venir del cielo y de la tierra, de su Padre soberano y de sí mismo. Y esto es lo que El significó cuando en el salmo (68,3) dijo que estaba sumido en lo profundo de las aguas y que no hallaba sobre qué hacer pie, porque no había en el cielo ni en la tierra ningún linaje de alivio que mitigase la fuerza de sus dolores...



Dios mío, ¿por qué me desamparaste?. Este fue el más triste canto y la dolorosa voz que se oyó jamás en todas las generaciones. Canten los profetas los dolores que sintieron por los males del mundo, levante la voz Jeremías en sus lamentaciones, suenen por todas partes cantares de dolor, que ésta es la voz que más deben nuestras almas sentir.

¡Oh inefable amor y caridad de Dios que por redimir al siervo entregaste a la muerte al Hijo! ...Pues, ¿cuánto nos obliga esto a amar a quien así nos amó? ¿Cuánto es lo que ésta tan lamentable y dolorosa voz pide al hombre? Dice Salomón que el que cierra las orejas al clamor del pobre, él clamará y no será oído. Pues si tan gran culpa es no oír la voz de un pobre mendigo, ¿cuál será no oír la de tal pobre, que así clama desde la cruz, represen­tándonos nuestra obligación.



                                                                        (Fr. Luis de Granada)



martes, 15 de abril de 2014

LAS PALABRAS DE CRISTO EN LA CRUZ (III)


3ª.- “AHÍ TIENES A TU MADRE. AHÍ TIENES A TU HIJO”. Jn 19, 25-27


¡Oh Redentor y Salvador del mundo!, si los ladrones desean que os acordéis y tengáis memoria de ello, ¿cuánto más lo deseará vuestra benditísima Madre. Y si vos tenéis memoria de los robadores, ¿cómo no la tendréis de los robados? Bien veo, Redentor mío, que no la tenéis olvi­dada, porque el dolor con que su presencia aflige vuestro corazón no os la deja. olvidar: antes creo que allá dentro de vuestra alma le hablaréis muchas veces y le decíais: Oh inocente y afligida Virgen!, ¿qué consuelo te daré? Tu consuelo sería mío; mas porque no lo hay hoy para mí, tampoco lo hay para tí.



Si consuelo es condolerme de tí, más siento los dolores de tu corazón que los de mi cuerpo, y más siento ver y correr esas lágrimas por tus ojos que esta sangre por mi cuerpo.

¡Oh, Madre dulcísima!, ¿dónde están ahora los gozos que conmigo tuviste? Llegada es ya la hora en que te tengo de ser corporalmente quitado y en que se ha de partir esta tan amada y tan antigua compañía. Pues, ¿con qué palabras me despediré de tí al tiempo de la partida? Si te llamo Madre al tiempo que pierdes al Hijo, atormentarse han tus entrañas con esta voz. Si del todo no te hablo ni me despido de ti en tan largo camino, añadirse ha otro dolor a tu dolor. Llamarte he, pues, no madre, sino mujer, diciendo: Mujer, he ahí a tu hijo.

¡Oh Virgen santísima!, si deseabais oir alguna palabra, ésta es la más conveniente que se os podía decir, pues en ella se provee de compañía para vuestra soledad y se os da otro hijo por el que perdéis. Consolaos, pues, con este consuelo. Antes con él se renueva mi dolor. Porque con la com­paración de lo que me dan veo más claro lo que me quitan. Tal es y tan nuevo mi dolor, que crece con los remedios.

Quiero contemplar,... ¡ oh benditísima Madre, hija y ama de este Señor!. qué tal haya sido ese dolor. Ves a tu Hijo crucificado, mudas el Maestro en el discípulo, el Señor en el criado, el que todo lo puede en el que todo desfallece. Verdaderamente, atraviesa tu alma un cuchillo de dolor, y penetra tu corazón la lanza y rompe tus entrañas los clavos, y despedaza tu espíritu entristecido la vista del Hijo cru­cificado.

Desfallecido han tus fuerzas, enmudecido ha tu lengua, agotado se han las fuentes de tus ojos ,y marchitado se ha la flor de tu hermosura. Las heridas del Hijo son heridas tuyas, la cruz suya es también tuya, y su muerte tuya es. Dime, madre, ¿dónde dejas al Hijo? Hija, ¿dónde dejas al Padre? Ama, ¿cómo desamparas al que criaste? ¡Cuán de mejor gana perdieras la vida que tan dulce compañía! Mártir eres y más que mártir, pues sacrificas más que la vida. Dos martirios y dos altares hallarás, alma mía, en este día: uno en el cuerpo de Cristo y otro en el corazón de la Virgen; en el uno se sacrifica la carne del Hijo, y en el otro el alma de la Madre.

                                                                        (Fr. Luis de Granada)



lunes, 14 de abril de 2014

LAS PALABRAS DE CRISTO EN LA CRUZ (II)


2ª .- HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO. Lc 23, 33-43


El ladrón que le confesaba por rey y le pedía se acordase de él, diciendo: Acuérdate, Señor, de mí cuando estuvieres en tu reino. ...este ladrón que no le había conocido, le confesó por rey. ¡Cuán singular y cuán maravillosa devoción fue ésta! En aquel tiempo confesó el ladrón cuando el discípulo escogido negó. ¿Cuánto más gloriosa cosa fue confesar el ladrón por rey al Salvador lleno de tormentos que si la viera haciendo milagros? Y por eso no sin causa mereció tanto.

Mas veamos las palabras que dijo: Acuérdate de mí, Señor, cuando estuvieres en tu reino. No dijo: si eres Dios, líbrame de este presente tormento, sino: Pues eres Dios, líbrame del juicio advenidero. ¡ Cuán presto el magisterio del Espíritu Santo le alumbró, por el cual, representándosele el rigor de este juicio, fue su espíritu lleno de temor! Aquí confesó al Señor por juez del mundo y por rey de los siglos. No había sido discípulo y ya es maestro, y de ladrón se hace confesor. Acuérdate, dice, de mí. Con esta palabra alivió el dolor de sus tormentos. Y digo alivió porque aunque la pena comenzó en ladrón, después, por nueva manera se vino a acabar en mártir...


...Porque, ¿qué insignia de rey veía en él para llamarle por este nombre? Entendió, pues, este ladrón, que aquellas heridas que el Señor padecía no eran suyas, sino del ladrón, y por esto le comenzó a amar mucho, porque en El reconoció sus propias llagas. Porque si él creyera que aquellas heridas eran propias de Cristo, nunca le llamara rey. Mas porque entendió ser ajenas, le confesó por verdadero rey. Porque ningunas insignias son más propias de rey que padecer por el bien de sus vasallos.

Pues, ¿quién viendo esta confesión, no se maravillará del abismo de las obras de Dios? Estaba el Salvador en aquella hora tan afligido y despreciado de todos los hombres, desamparado de sus discípulos, negado de Pedro, vendido de Judas, blasfemado de los judíos, escarnecido de los gentiles y casi descreído de todos. Y al tiempo que los otros le des­creyeron y negaron, este ladrón le adora y le confiesa por rey, diciendo: Acuérdate, Señor, de mí cuando estuvieres en tu reino. Velo condenado y reconócelo por Dios; tiénelo por compañero de los tormentos, y pídele el reino de los cielos. Y los discípulos habían conversado con Cristo, y oído su maravillosa doctrina, y visto la inocencia de su vida, la alteza de sus virtudes, la grandeza de sus milagros, y con todo esto perdieron la fe en aquella sazón. Y este ignorante ladrón, que nada de esto había visto y oído, ni sabía otra cosa sino robar, ahora sobrepuja a los apóstoles en la cons­tancia, y en la fortaleza, y en la confesión de la fe.

¡Oh cuánto puede el más bajo de los hombres con la gracia divina y cuán poco el mayor de todos sin ella! Por aquí verán lo que deban a Dios todos los escogidos, cuya persona representa este ladrón, los cuales son salvos por la infinita bondad y misericordia de Dios como éste lo fue. Porque, ¿quién no ve que la fe y conocimiento de este ladrón fue gracia singular y misericordia de Dios? Mira lo que pidió y verás claro lo que creyó. No pidió nada para este siglo, pues ya él estaba casi fuera del siglo, sino pidió mer­cedes para el siglo advenidero, confesando que aquel que estaba allí con él crucificado era poderoso para dárselas, y esto no como rogador o tercero, sino como Rey y Señor del cielo, cuando por tal lo confesó. Pues, ¿cómo podía un ladrón alcanzar en tal tiempo tan maravillosa luz y creer cosa al parecer tan increíble si no fuera por especial privilegio de Dios? Y no sólo resplandece aquí la fe, sino también la humil­dad, compañera de la fe de esta oración. Acuérdate, dice, Señor, de mí cuando estuvieres en tu reino. No te pido silla a la diestra ni a la siniestra, ni tampoco pido cosa para este mundo, pues tu reino no es de este mundo; sino que cuando estuvieres en el reino de los cielos te quieras acordar de mí.

No de mis pecados, no de mis errores ni de los hurtos que tengo hechos, sino de que soy hombre flaco y enfermo y cria­tura tuya, hecho a tu imagen y semejanza. Acuérdate que por mí criaste todas las cosas, y por mí tomaste carne humana, y por mí predicaste, ayunaste, oraste, caminaste, sudaste, y por mí has trabajado toda la vida y ahora mueres en la cruz. Acuérdate que, pues soy hombre, aunque pecador, soy hermano tuyo y redimido por tu sangre. No te demando grandes cosas, porque me tengo por indigno de ellas. No oso pedirte el reino de los cielos, porque no es razón que tal ribaldo como yo sea recibido en tu lugar. Ni te pido que me lleves allá siquiera para servir a aquellos celestiales ciudadanos, porque tampoco merezco esto. Sola­mente pido me tengas en tu memoria y no te quieras olvidar de quien quisiste tener por compañero en el tormento.


                                                                        (Fr. Luis de Granada)

domingo, 13 de abril de 2014

LAS PALABRAS DE CRISTO EN LA CRUZ (I)


1ª.- "PADRE, PERDONALOS".  Lc 23, 33-36


Mira, pues, con cuánta piedad y mansedumbre, pronunció este Señor esta palabra, diciendo: Padre, perdona a éstos, que no saben lo que hacen. Primero que consuele a su madre, primero que provea a sus amigos, primero que encomiende al Padre su espíritu, provee a sus perseguidores de remedio... ¡Oh bondad sin medida! ¡Oh inestimable ca­ridad!

 ...Pues en el tiempo que... después de haber crucificado el cuerpo del Señor con clavos, crucifican su piadoso corazón con sus lenguas, el mansísimo Cordero, teniendo más compasión de la perdición de sus almas que dolor de sus propias injurias, hace esta oración al Padre por ellos.

Nosotros, cuando somos injuriados, aguardamos a que el tiempo cure nuestras pasiones y queremos que entre tanto esté ociosa la virtud y la razón. Aguardamos a que la humildad y reconocimiento de nuestros malhechores nos aplaque, y así venga a ser el perdón más virtud ajena que nuestra. Nada de esto mira el Salvador; no aguarda que se cierren las llagas ni que el tiempo cure las injurias, sino en medio de las heridas de su cuerpo y de las palabras que tiraban como saetas a su corazón, saca El palabras de su corazón, no herido con verbo, sino herido de amor y com­pasión.

Todos sus miembros y sentidos tenía impedidos y atormentados, cada uno con su propio tormento; los pies y manos, clavados y todos los otros miembros, descoyunta­dos y estirados en la cruz. Sólo la lengua estaba libre, aunque amargada con la hiel que le habían dado, y ésta, que sola quedaba suelta, emplea ahora en hacer oración por quien le hacía tanto mal.

Pues, ¡Oh Cordero de infinita piedad y mansedumbre! no seáis para con los enemigos piadoso y para con los vues­tros severo, ni sea medio para medrar con Vos ser cruel y duro con Vos. Aquí, Señor, me presento derribado a vuestros pies, no escandalizándome con vuestra muerte, sino predicando vues­tra gloria; no haciendo burla de vuestra pasión, sino com­padeciéndome de vuestro dolor. Pues levantad, Señor, la voz y encomendadme a vuestro dulce Padre y decidle: Padre, perdona a este pecador, porque no supo lo que se hizo.      


                                                                        (Fr. Luis de Granada)

DOMINGO DE RAMOS 2014 en SCALA COELI



   “El Señor me abrió el oído y me ha hablado, y me sostiene en el camino de la vida”, nos acaba de decir la primera Lectura.

   Bien seguro que a lo largo de esta Semana Santa que hoy iniciamos, el Señor nos hablará de mil formas a cada uno de nosotros, pero especialmente  a vosotros que componéis el grupo que vais a estar aquí durante esta Semana Santa. Pero es preciso estar muy atentos para poderle escuchar en medio de tantas cosas que nos distraen.

   Ya, hoy, desde este inicio de la Semana Santa, nos acaba de hablar a través del simbolismo de los ramos. Estos ramos que hemos llevado en nuestras manos, han de ser símbolo de nuestra adhesión, de sintonía y de lealtad a Jesús.  Nos quieren recordar que creer en Jesús y servir a Jesús en nuestros hermanos, son los mejores ramos que podemos enarbolar hoy y siempre. No como los que le recibieron a las puertas de Jerusalén, que hoy le aclamaron y a los cinco días lo crucificaron.

     Ojalá que todos estemos dispuestos a escucharle con todas las consecuencia, como nos decía la primera Lectura. Porque eso nos hará fuertes y esperanzados, porque sabemos que así no quedaremos avergonzados.

    Y como nos acaba de decir la segunda Lectura, que es el telón de fondo de toda la Semana Santa, La contemplación de Cristo fundamenta la exhortación de la vida fraterna, que siempre exige humildad, olvidarse de uno mismo y vivir la compasión: el que nos salva, ha sido humillado como un esclavo, hasta dar la vida.

   ¡Y quien no se estremece  al escuchar el relato de la Pasión!

   En todo el relato hay una constante, una esperanza que no será defraudada: LA RESURRECCIÓN. Y en medio toda una serie de situaciones sorprendentes: la acusación urdida contra Jesús en medio de las fiestas, la traición de uno de los suyos, la cena pascual, el discurso de despedida, el mandamiento del amor, la eucaristía, la angustia y la soledad de Jesús, el abandono de los apóstoles, el escarnio, las burlas, los tormentos, la muerte.


   Pero también  la llamada a seguirle de cerca y, sobre todo, la invitación a semejarse a él en las actitudes que configuran su persona y que afloran de manera especial en las últimas horas de su vida: la entrega total; la renuncia a cualquier clase de violencia, aunque sea para defenderse; el amor incondicional a los suyos, a pesar de las debilidades o negaciones; la fidelidad y total confianza en el Padre, incluso ante su “silencio”; la aceptación de la condición humana con todas sus consecuencias, aunque  vivida con una dignidad única.

viernes, 11 de abril de 2014

Viernes de Dolores: Via Crucis en SCala Coeli





“En Escalaceli se instauró el primer viacrucis del mundo, después del que recorrió en Jerusalem el Redentor Divino. Y ahí están, para demostrarlo, sus capillas derruidas, por toda aquella zona de la Sierra diseminadas. Era un viacrucis en germen nada más. Pero de un germen, a veces bien pequeño, como el granito de mostaza, suelen salir las cosas grandes.

Lo esencial es la idea. Y la idea es ir marcando a nuestro alcance lugares que nos recuerden aquellos otros regados con la sangre del Divino Redentor en su Pasión. Y esta idea fue San Alvaro el primero que, a su vuelta de la Tierra Santa, la llevó a la práctica; y el primero que con sus rodillas ensangrentadas –porque de rodillas hacía ciertos trayectos- las recorría devotísimamente todas las noches. Poco importa que sean muchas o pocas las estaciones. Porque ir añadiendo luego alguna más es bien fácil; y hasta podríamos decir que se han ido añadiendo demasiadas, sin fundamento serio algunas ni en la Tradición ni en el Evangelio. 

Pero la idea ahí está, repetimos. Y esa institución del viacrucis en Escalaceli quedó creada por el enamorado de la Pasión de Cristo, San Álvaro de Córdoba”.

                                                    Fray Albino Menéndez, O.P.
-      Obispo de Córdoba –




lunes, 7 de abril de 2014

CELEBRACION DEL SACRAMENTO DE LA RECONCILIACION



      El pasado sábado 5 de Abril, tuvo lugar en Scala Coeli una celebración comunitaria penitencial, con motivo de la Cuaresma.

         El acto eucarístico, con la presencia de todos los miembros de la comunidad de dominicos de Scala Coeli, tuvo como eje el pasaje bíblico del perdón de la mujer adúltera al ir desapareciendo de la escena todos sus acusadores, al requerir Jesús a los mismos que “el primero que esté sin pecado tire la primera piedra”.

         En su homilía, el P. R. Fassio reflexionaba sobre la importancia del sacramento de la reconciliación a partir de la confesión realizada por el propio Papa Francisco. Hemos de considerar a la confesión no como un acto de sumisión, sino como un acto de rebeldía; ya que queremos ser libres del mal y artesanos del bien.

         A continuación, y antes del momento dedicado a la confesión personal, el P. José Antonio Segovia repartió a los asistentes una hoja en la que se contenía una valoración del Sacramento de la Reconciliación, a partir  de una catequesis sobre el perdón de los pecados realizada por el Papa Francisco y un, a modo de, examen de conciencia, según el Papa, que debería realizar todo aquel que se considere cristiano y seguidor de Jesús, así como un símbolo, una pequeña piedra, para con ella interiorizar la Palabra y la reflexión anterior, y preguntarse cada uno de los asistentes “¿qué estoy yo haciendo con mi vida? ¿qué puedo hacer yo con esta piedra de mi vida?”, dando como respuesta que “el agua del amor de Dios penetre en el corazón de la piedra”.

         Tras la reanudación de la celebración comunitaria, y continuando con el símbolo de la piedra, el P. Segovia concluía manifestando que “la gracia del perdón se queda gravada en esa piedra, donde Dios ha escrito esta tarde, de nuevo, te quiero como el primer día”.

         La celebración eucarística finalizó con las palabras del P. Rodríguez Fassio, recordando que tras el sacramento de la reconciliación, tras el perdón por Dios de nuestros pecados, la penitencia es el primer paso de la nueva etapa que se abre en la vida de todo cristiano.


domingo, 6 de abril de 2014

OIDO EN SCALA COELI: Notas del tercer domingo del Triduo al Santísimo Cristo de San Alvaro (y quinto de Cuaresma)


…. En el Domingo primero del Triduo (tercero de Cuaresma) nos decía el Señor, a través del P. José Antonio Segovia O.P., en aquel diálogo con la samaritana, que si tengo sed que sepa acudir a la fuente verdadera, que es Él, donde saciaremos esa sed, y que no bebamos de otras fuentes que no nos la quitan.

En el segundo Domingo del Triduo (cuarto de Cuaresma) a través del P. Carlos Romero O.P., nos decía el Señor, nos decía Jesús, en aquel encuentro con el ciego de nacimiento, que si sufro ceguera, que me deje iluminar por Él, que es la luz y, a la vez, poder yo ser luz para todos aquellos que me rodean.

Y en el Evangelio de hoy, ante la tumba de su amigo Lázaro, nos dice que si me encuentro muerto, hablando en cristiano, cuando no tengo la vida de Dios por el pecado, escuchemos su fuerte voz que dice: “Sal fuera”.

Sal fuera de todo lo que te ata y te separa de Él; de tu vida de rutina; de tu mediocridad; de tu tibieza; de tu comodidad; de tu crispación. Sal fuera de tu manera de ser cristiano, si es que tu vida no es acorde con tu fe.

Dentro de muy poco, dentro de unos días, muchísimos cordobeses y, quizás, alguno de nosotros, desfilaran en las procesiones o serán como espectadores del desfile procesional. Sin ir más lejos, el próximo Viernes de Dolores, nosotros mismos y cuantos aquí acudan, saldremos con este Cristo haciendo el Via Crucis de San Álvaro, con el mismo recorrido que él hiciera hace ya 589 años.

Pero no creamos que nos conocerán los demás y, sobre todo, los que no creen que somos cristianos por las procesiones de Semana Santa ni por las bellas imágenes, ni por nuestro Via Crucis –único en el mundo-, ni siquiera por los cultos estipulados en los Estatutos, sino por nuestra coherencia,  por nuestra solidaridad y por el amor que nos tengamos unos a otros.

No olvidemos que Dios no sale a la calle una vez al año, sino cada día, cada vez que tus ojos se cruzan con los de tu hermano; cada vez que tiendes tu mano amiga la que sufre, al que pasa hambre, al que pasa sed, al que está triste, al que se encuentra solo, al enfermo, al que no tiene hogar ni vestido, al emigrante; cada vez que estas demostrando con tu vida que Dios está dentro de ti.

Esto es lo que hizo San Álvaro: ser un espejo donde se reflejó nítidamente la imagen de Jesús y, por tanto, no tenía por qué ruborizarse al mirar a Jesús, y se sentía cómodo al sentirse mirado por Él, porque Cristo en él veía a un auténtico testigo, a un auténtico creyente, a un seguidor suyo totalmente coherente que, dejándolo todo, lo siguió y no regateó esfuerzo ninguno para darlo a conocer a los demás.


Si queremos imitar a S. Álvaro, que es el alma, juntamente con el Cristo, de este lugar, ¿qué hacemos?¿vivimos?¿damos a los demás?