domingo, 30 de marzo de 2014

Ejercicios Espirituales para Matrimonios (II):


El cuidado mutuo. ¿Cómo cuidar y dejarme cuidar?


El cuidado es una solicitud que se pone en la realización de un trabajo, de una persona, de una misión.

        La Biblia admira y recomienda esta presencia inteligente, amorosa y activa del hombre en todos sus quehaceres. Ejemplos: Proverbios 31,10-31; Eclesiástico 38,24-34; 50,1-4.

        La Biblia valora aún más el cuidado personal espiritual. El ejemplo pr excelencia de buen cuidador es Jesús, entregado a su misión de forma personalizada. Ejemplos Lucas 12,50 y 22-23.

        Jesús invita a dejarse cuidar por Dios con las riquezas del Reino. Los cuidados divinos son , por sí mismos, un llamamiento a la experiencia de confianza y atención amorosa, que rebosa toda inteligencia, guardará las crisis y nos dará cuanto necesitamos a tavés de Jesucristo y de nuestro propio cuidado mutuo en la pareja.

        Pero, ¿estoy dispuesto a dejarme cuidar?¿qué cuidados debe ofrecerse toda pareja?

·        Cuidado físico: Es el elemento sugestivo inicial de toda relación. Cuidate como forma de quererte y amarte a ti mismo. Esto hará que se sientas mejor contigo y con tu pareja.

·        Cuidar intereses comunes: Hay que recuperar el tiempo y el espacio que con el paso de los años se descuida de compartir momentos significativos, disfrutando lo que gusta hacer juntos. 

·        Cuidar la afectividad. Este vínculo necesita ser cuidado diariamente e todos su detalles.

·        Cuidar la comunicación eficaz. La afectividad se vive en la comunicación, que tiene que ver con escuchar atentamente y tratar de entender como piensa y siente el otro. Con palabras, gestos detalles o silencios.

·        Cuidado en ver el punto de vista del otro. Poder ver el punto de vista de la pareja, ponerse en su lugar, sus sentimientos, su situación, angustia, dolor.

·        Cuidar el respeto al otro. La dignidad, la voluntad, los derechos de todo ser humano nunca deben ser violentados. Detrás de toda crisis existen luchas de poder impuestas por falta de respeto.

·        Cuidar la dimensión espiritual del otro. Acoger, respetar su manera de pensar, sus interrogantes y búsquedas, sus lenguajes y formas de relacionarse con Dios.





Oración:

Padre, ayúdanos a tocar la fragilidad de las personas a nuestro cuidado, con respeto y dignidad.
Ayúdanos a tocar nuestra propia fragilidad y a tocar la grandeza de nuestro corazón.
Que nuestro cuidado esté impregnado de amabilidad y respeto, de paciencia y atención, de firmeza y ternura.
Perdónanos, como nosotros nos perdonamos.

Sigue cuidando de los dos, para que podamos cuidar a los que nos necesitan. AMEN.

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