domingo, 8 de abril de 2012

Que había de resucitar de entre los muertos

Entonces entró también el otro discípulo, 
el que había llegado primero al sepulcro; 
vio y creyó. 
Pues hasta entonces 
no habían entendido la Escritura
que él había de resucitar de entre los muertos.

Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.

Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte
en singular batalla
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.

¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?
A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,


los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!

Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.

Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.

Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.



Nos has dejado asombrados, Señor, 
con la resurrección de tu Hijo Jesús 
de entre los muertos. 
Un mundo nuevo comienza. 
Ya sabemos que la muerte no es el final. 
Tú trabajas y actúas 
donde nosotros no podemos llegar.

Toma hoy conciencia de los comportamientos de resucitado 
que tienes en este día…


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