jueves, 12 de mayo de 2011

Vivirá

“El que coma este pan vivirá para siempre”
Jn 6,44-51
La Pascua confronta nuestra existencia con la de Jesucristo, el Hombre totalmente vivo, completamente resucitado. La suya es una vida culminada, realmente lograda. Queremos vivir. Nos mueve el instinto de vivir más, mejor, de tener “calidad de vida”. Pero lo cierto es que nos descubrimos “sobreviviendo”,   “malviviendo”. Debe haber una existencia que corra paralela a esta que ahora tenemos, que nos abra a una nueva posibilidad. Debe haber un sentido detrás de estos caminos misteriosos en los que nos movemos. El Resucitado promete vida a la medida de la suya. La garantiza. Las experiencias humanas son demasiado limitadas. Dios inyecta su vida a la nuestra. Tú tienes, dentro de ti, la vida de Dios. Esta mañana, de nuevo has amanecido resucitado, resucitada. ¿Te atreves a sentirlo así hoy?


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